sábado, 25 de diciembre de 2021

Reyes

Hace muchos años que no escribo la carta a los Reyes Magos, a una parte de mí le da pereza, otra pasa totalmente del tema, otra, cree que es mejor regalar a pedir. Sin embargo, después de tanto tiempo, se me han acumulado los deseos, y este año, he cogido papel y boli...

Porque para mí, mi mejor regalo es abrir la puerta y verte, caminando hacia mí, con tu sonrisa radiante que ni la mascarilla es capaz de tapar, mirándome, repleta de sensualidad, con ese perfume que sabes que me encanta, hasta que llegas a mi altura y sonríes, amarrándote a mi cintura y besándome, sin querer separarnos, mordiéndome el labio, comenzando a sacar toda la pasión contenida. Arrancándonos las ropa antes de que se cierre la puerta, empotrándote contra la pared y mordiéndote el cuello, incendiándonos, encendiéndonos, tocándonos los cuerpos, masturbándonos, follando sucio y fuerte, llegando al orgasmo al mismo tiempo y una vez recuperados, acariciándonos desnudos, sencillos, sinceros, hablando de cómo arreglar el mundo, de una canción, de una movida del curro, de un viaje por hacer, de una cerveza que tomar, de un restaurante que visitar, de una playa en la que follar desnudos. Siendo nosotros. 

Y entonces mee he dado cuenta que lo único que les puedo pedir es que sigamos como hasta ahora, haciéndonos crecer día a día, olvidando el miedo, haciéndonos reír a carcajadas, siendo libres, siendo nosotros. 


"Mírame a los ojos, y dime que sí, y cierra la puerta. Estando contigo me como las horas, durmiendo contigo, pegándome a ti, al compás de una nota..."

lunes, 13 de diciembre de 2021

Trébol

Con el paso de los años me he dado cuenta que disto bastante de ser normal. Puede que antes fuera algo que llegara a incomodarme, y sin embargo, ahora disfruto a cada instante con ello. Pocas cosas me producen más placer que llevar la contraria al mundo, que hacer lo que nadie espera, que ser alguien totalmente diferente al resto. Un tipo extraño. Y creo que han sido esos pasos los que me han llevado hasta tus pies, hacia el altar de tu vientre en el que me arrodillo para rezarte con lengua y saliva. 

Desconozco el motivo, si es el destino, la casualidad, Dios, Satanás, Buda, el hilo rojo, el baile cósmico, el big bang, la Santa Muerte o algún héroe de anime japo. Lo que sí te puedo asegurar, es que cuando estoy contigo tengo que ponerle correa a las horas y un bozal al despertador, porque echan a correr sin ningún tipo de freno y en cuanto me descuido, me amartillan la cabeza despertándome para ir a trabajar.  Y sonrío, al verte caminar por el piso, o al caminar escaleras abajo para despedirnos, porque me siento un cabrón afortunado. 


"Que el mejor de los refugios sean los abrazos que nos demos" (Arri).



lunes, 6 de diciembre de 2021

Gran Vía

Es curioso cómo estoy ahora. No tengo esa sensación de incertidumbre, el miedo a cagarla, la sensación de tener que usar palabras medidas, ni de sentir las coacciones indirectas. Sencillamente, dejar atrás lo políticamente correcto y ser capaz de soltar desde el piropo más bonito a la sordidez más grande. Proponer cualquier plan y hacerlo, olvidarse de que todo sea perfecto, hacer que sea real. Tirar por un precipicio el pasado, los desasosiegos, los miedos y recuperar la ilusión de un infante.

Mientras tanto, se han caído las hojas del calendario sin darme casi ni cuenta, entre cervezas y risas, entre caricias y polvos, entre confesiones de amor veladas, salvajes y a la vez tan tiernas, entre la muchedumbre de Sol y Gran Vía, entre el frío de la calle y el calor del bajo vientre, entre sudores y miradas y mordiscos lascivos…

Se ha pasado el mes de noviembre contigo, caminando desnuda por mi casa y sin ganas de que te marches. 


"Y desde las montañas de su cuerpo pude ver los retales de mi vida" (Arri).