jueves, 22 de diciembre de 2016

Mártires

Éramos dos adictos que habían encontrado en el otro su razón de vivir. Ella, con la sonrisa siempre puesta, yo luciendo mi mejor traje de tristeza. Ella solía pintar unicornios de colores y yo jacos flacos de malas hechuras. Ella repartía caricias y ternura, yo me estrellaba una y otra vez contra el frío cristal de la realidad.

Muchos decían que éramos la peor pareja del mundo, dos polos opuestos, dos universos paralelos que se atraen y colisionan en cuestión de segundos, pero fui yo quien la salvó de sí misma cuando la enseñé a llorar.

Lo hice sin querer queriendo, sin llegar a ese punto de inflexión donde las sonrisas se marchitan por siempre. Ella llenaba mi vacío, me calentaba en las noches frías, me apaciguaba, y hasta me hacía sonreír sin que yo moviera los labios, porque era la única capaz de mirarme de frente y tocarme el alma. 

Ella seguía a mi lado, día a día, hasta que una noche, nos inmolamos el uno en el otro. 

"Ábreme el pecho... y registra" (Extremoduro). 


Coma

En una habitación blanca impoluta, sin ningún atisbo de decoro, aséptica, de un color tan brillante que pareciera que una bomba nuclear hubiese explotado allí mismo. Con el pelo largo y lacio, casi por la cintura, y las barbas de años sin conocer la cuchilla, igual que sus uñas, conectado a un respirador automático que insuflaba aire en sus pulmones y que hacía que su albina piel pareciera revivir por momentos.

Con más de veinte cables y tubos, cada uno con una función diferente e indispensable y rodeado de los restos de pétalos marchitos de flores disecadas, vivía, si es que aquello podía considerarse vida Cupido. 

Él no sentía. Él no sabía ni si seguía vivo. Sin embargo, alguien quería que permaneciese allí, tal vez buscando una mejor época para despertar de un coma autoinducido, o tal vez posponiendo la fecha de la muerte a la que le había avocado la sociedad actual. 




sábado, 10 de diciembre de 2016

Latidos de reloj

Es lo que todos los muertos echan en falta.
Los ricos querrían tener más, aunque a algunos se les quedó corto pronto.

Todos quieran manejarlo a su antojo, que salte, que corra, que vuele, que se pare.
Incluso querrían hacer que retrocediera.
Es imposible de comprar o vender, aunque sí lo puedes contar.
Mientras vives, él se muere lentamente, dentro de ti.
Por las aceras camina, dejando luces y creando sombras.
Obligando a los humanos a poner las calles mientras otros aún siguen de fiesta.

Viola a los sueños de poetas santos y profanos.
Ulula en tu ventana, con cada amanecer, arrullándole al despertador.
Entre barricas duerme y hace mejor al vino, y más sabio al hombre.
Luego se acomoda entre las arrugas de unas sábanas manchada de flujos y se queda dormido.
Al amanecer se habrá ido, corriendo por la ventana, como si nada hubiese sucedido.

"Lo único que puedo ofrecerte, es mi tiempo..." (Arri).


miércoles, 23 de noviembre de 2016

Agujeros de Gusano

A veces me imagino en un futuro no muy lejano, haciendo caso al consenso social, con una casa, un trabajo estable, una familia a medio formar, un perro, un hobby para los fines de semana, un gimnasio al que pertenecer, un club de lectura, y algo absurdo que hacer un domingo por la tarde. Incluso, me imagino siendo abonado del Atleti. 

Después me despierto y me miro en el espejo. Me miro la cara, las ojeras hasta la mitad, con poco glamour y peor fragancia. Me toco el mentón y veo al trasluz cómo las canas empiezan a poblar mi barba. "¡Qué hijas de puta!" - pienso- pero la verdad es que hace tiempo que anidan en mi cabeza. Hago una mueca siniestra, enseñando los dientes, el café los está tintando amarillo intenso. No hay remedio, y los callos de las manos hacen de lija al rascarme la espalda. 

Suspiro mientras tomo el primer café del día, recordando la viñeta del lápiz espada, pensando, por un momento, en todo aquello que cambiaría si atravesara un puente de Einstein-Rosen. 

Pero tras el cristal de la ventana me espera un monstruo de siete cabezas, con las garras afiladas y ansia de devorar los sueños de cualquier loco que intente llevar la contraria al sentido. Un monstruo que muere y resucita cada día, del que a veces escapo ileso, y que otras me despedaza lentamente mientras se descojona de risa. Lo llaman Realidad. 


"Si eres capaz de interpretar mis silencios, serás capaz de leerme el alma" (Arri).

martes, 22 de noviembre de 2016

Acervo

Tan duro como opositar a la muerte, saber el final y verla acercarse poco a poco, con su sonrisa macabra y su piel blanca. Es como ver venir una hostia de lejos y saber que la tienes que recibir, sin poder cubrirte. Eso, eso es el paso del tiempo, alimentados con los dejà vús repentinos.

Creo que esto ya lo viví antes -y sin embargo parece que ya forma parte de mi acervo. 

Un acervo de descalabros, de errores repetidos, de dones por miles, de virtudes secas, de un prepotencia sobrevenida, de locura contenida, de ganas de correr y llorar y gritar y de romper cosas contra la pared. De silencios, de poesías que rebotan contra la pared, de escribir versos sobre un cristal lleno de vaho, de manchas de carmín en la camisa, de sonrisas sin compromiso y de polvos que maniatan el alma.

De aquello que inunda cada centímetro cuadrado de mi piel, la más exquisita y absurda estupidez.


"Supongo que fueron todas y cada una de mis elecciones las que me trajeron hasta aquí..." (Arri).

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Gil Pender

- ¿Crees que todo el mundo piensa en la muerte?
- Sí, sin lugar a dudas.
- ¿Y cómo te la imaginas?
- Supongo que será como esa sensación de ir quedándote dormido poco a poco. Cuando empiezas a escuchar todo cada vez más distante, y la oscuridad se empieza a hacer patente. Sólo que de este sueño no despertarías jamás. 
- ¿Y después...?
- No lo sé, no conozco a nadie que haya estado allí y haya vuelto. No creo que haya fogonazo de luz, ni túnel que pasar corriendo hacia un punto luminiscente, ni sé si hay otra vida plena tras ella. Lo único que sé es que ayer, mirando al cielo, me di cuenta de la insignificancia que tenemos en el mundo. Puedes alzar la vista arriba y mirar las miles de estrellas, algunas ya han muerto, y sólo son un recuerdo que viaja a través del espacio, y nosotros seremos, para aquellos que queremos, eso mismo. Un haz de luz que poco a poco, se irá difuminando con el tiempo. 
- ¿Tienes miedo a la muerte?
- Como todo el mundo. Pero asumo que es una parte de la vida y que hasta ese momento en el que se cierre el telón, hay que vivir cada segundo como si fuera el último. Y como decía Hemingway a Gil Pender en Medianoche en París: "(...) cuando ese amor es veraz y real, es capaz de hacer una tregua con la muerte (...)", quizás por eso haya hecho una tregua con la muerte, porque te tengo a ti. 

Medianoche en París
"La muerte, sólo es el principio" (Arma Blanca ft Nach).

domingo, 6 de noviembre de 2016

Brindando

Siempre le verás sonriendo.

Probablemente no encuentres ningún motivo para verle así, pensarás que se ha puesto de tripis, o que la vida aún no le ha dado los palos suficientes como para perder la sonrisa, que es un consentido, que todo en la vida la ha ido rodado, que seguro que no sabe valorar lo que tiene porque no ha luchado por ello. 

Y te equivocarás.

Él es de los que se levantan mirando al cielo, dando gracias por seguir vivo, por poder respirar. De carácter regio y afable, de los que saben qué es el sacrificio y el luchar hasta el último aliento. De los incansables, que no invencibles. De los que prefirieron ver su codo quebrado antes que sus promesas rotas. De los que toman aire antes de entrar a casa y girar la llave, dejando los problemas tras de sí. De los que se pintan su mejor sonrisa cuando por dentro, sólo las lágrimas alicatan sus sentimientos...

Un brindis por los tíos como él. 


"Que te luzca, siempre una sonrisa..."

martes, 25 de octubre de 2016

Robe Iniesta

"Me da vértigo el punto muerto, y la marcha atrás, vivir en los atascos, los frenos automáticos y el olor a gasoil.
Me angustia el cruce de miradas, la doble dirección de las palabras y el obsceno guiñar de los semáforos...".

El Ideario de Francisco Ortega Palomares empezaba así, disimulado en una canción de Extremoduro, el mío, dice que hay cosas que me dan miedo.

Me aterran las distancias y el deambular de los kilómetros agolpándose sin piedad en el borde de mis costillas, desgastando mis suelas y minando mi alma. 

Me acojonan las sonrisas sin sentido que proclaman al viento que las cosas que no me cuentas yacen en otros oídos.

Me paralizan los besos no dados, las caricias guardadas para mejores momentos y los polvos no echados, y, me oprimen el pecho algunos pensamientos, fundados, de otras realidades.

Me acongojan las noches frías y largas, el sabor a invierno en la punta de la lengua, las ganas de salir corriendo repentinas, el empujar cuesta arriba constantemente y el llegar a cansarme.

Pero sin duda, lo que más miedo me da en la vida, es conocer al ser humano, sus mentiras y su falta de corazón, y saber, que, con el tiempo, acabaré siendo uno de ellos.


lunes, 24 de octubre de 2016

Esperanto

Llamando a las puertas de mi propio corazón, he encontrado una nota en la que ponía que no volvería jamás, que estaba harto de tanta tontá, de tanto sufrimiento disimulado, de tanto egoísmo disfrazado, de las noches de insomnio y de las de duermevela, de los estúpidos latidos que se cuentan como ovejas, para matar el tiempo, para invocar, infructuosamente, el sueño, antes de que los primeros rayos del alba descubran tu cara sobre el espejo y te recuerden que sigues vivo, vivo, jodidamente vivo.

Tan vivo que las palabras se convierten en puñales, las miradas en bombas racimo, cada caricia se torna en el corte de un cuchillo y las sonrisas se mudan en silencios.

Silencios eternos, de esos que hacen tanto ruido que ahogan los gritos, los besos, los gemidos y hasta el sonido de la lluvia en los charcos, el mismo que disimula el tifón de pensamientos que bullen dentro de ti, el huracán de suspiros que acumulas y las trombas de lágrimas que empapan tu alma, calándote, hasta el hueso. 

"Llevo el otoño en la mirada, el verano en los pies y el invierno en la sonrisa... de la primavera, jamás se supo" (Arri). 


sábado, 15 de octubre de 2016

Vida

Aquella noche me quedé a dormir en sus ojos.

Le quité el precio a los besos, el miedo a las caricias y la ropa a la vida. Se quedó en cueros delante de mí, abierta de piernas, incitándome a recorrer con mis labios por última vez sus caderas. Vida se acariciaba el pelo y me atraía hacia sí. Me besó tan fuerte que cortó mi respiración, y agarrándome del cuello mientras me mordía el labio, me susurró al oído:

“No importa quién vaya o quién venga, siempre estaré a tu lado”.


Después me dejó respirar, y sin saber por qué, salí al balcón a gritarle a la luna. 


"Caras las noches que contamos las miradas,
y oscuros besos que parecen agujeros,
y un paladar herido a la mañana será eterno,
y la paciencia será el filo de un disfraz..." 
(Ferrán)

jueves, 6 de octubre de 2016

Sobrevolando París

Acurrucado entre sábanas, entre luz de velas o en la más absoluta oscuridad, abrazado a un cojín fuerte y echando de más a los kilómetros que se interponían entre ambos. La distancia puede destruirte, o transformarse en una capa impenetrable de acero y hormigón, casi indestructible. Aún la sentía cerca. Aun sabiéndose solo.

Recordaba el tacto de dos cuerpos desnudos, el piel con piel, las manos agarradas, la respiración tranquila del poscoito y el calor. La sensación de sentirse invencible cuando ella le agarraba por detrás, cuando se recostaba en su pecho, cuando se abrazaban, la seguridad de estar ahí cuando le agarraba por detrás y le decía:


“Quédate conmigo cinco minutos más, quédate conmigo toda la eternidad…”.




jueves, 29 de septiembre de 2016

Peregrino

Dentro de poco me verás caer, claudicar y arrodillarme, clamar al cielo, jurarle los muertos al destino, gritar desesperado, apretar los puños, hacer que los dientes chirríen, blasfemar al viento, rendirme en mi último suspiro. Lo mandaré todo a la mierda, querré dormir veinte horas, me la sudará el mundo, la gente y hasta mi propia vida.

Ignórame. Dame una bofetada. Crúzame la cara. Y después, bésame. Demuéstrame que me equivocaba.

Y volveré a ser yo.

El que no se rinde. El que siempre se levanta. El que respira hondo y avanza. El que se cura las ojeras con café y sacarina. El que sonríe aunque le pesen los labios. El que después de caerse se sacude y continúa. El que te acompaña. El que te empuja. El peregrino que te dará de su cantimplora. El hombro amigo. El que esquiva las piedras del camino.

“Sólo los héroes resisten…” (Nach)


domingo, 18 de septiembre de 2016

Canción de muerte

Quedarse de piedra, o helado. 

Ser únicamente capaz de mover los ojos. Sentir cómo todo tu cuerpo se paraliza, cómo las cuerdas vocales se anudan a pares y se hacen un espeso ovillo amorfo. Vértigo. Ver que la situación te sobrepasa. Querer caminar, y dar un paso en la dirección correcta, y fallar. Ser incapaz de rectificar. Hundirse poco a poco entre la inmundicia.

Volver a notarlo. El dardo o la saeta, la carne atravesada, el corazón entre los dietes y la sangre escupida a borbotones. La parálisis, el miocardio rusiente perforando tejidos. y finalmente, el colapso, el no respirar y caer de rodillas. Astillas de costillas por no haber sabido correr a tiempo. Y oscuridad. Mucha oscuridad. Casi perpetua.

Larga muerte al poeta. 








viernes, 16 de septiembre de 2016

Peter Pan

Hubo un momento en el que conseguimos que la razón asesinara a la pasión, en el que lo racional mató a lo increíblemente bello.

Hubo un momento en el que sacrificamos a nuestros sueños en aras de una vida estable y cómoda, un sueldo a fin de mes y una vida llena de los mismos convencionalismos que nos llevó a ser seres programables, autómatas, incapaces de variar un ápice nuestra vida, incapaces de reaccionar a un cambio, incapaces de tomar una decisión en segundos, en variar el rumbo, en vivir.

Hubo un momento, en el que te dijeron que lo mejor es que eligieras una vida sin sobresaltos y estable y que te olvidaras de tus sueños… Y ese momento coincidió cuando te hiciste mayor. Por eso, yo aún sigo siendo un niño.


“He pagado a un sicario para que asesine mis sueños... pero no ha conseguido matarlos (aún)”. (Arri)


domingo, 28 de agosto de 2016

Allí donde...

Vivo en un lugar no muy lejano, en la orilla de mi imaginación, donde mojo mis pies con el agua de pensamientos y todo fluye y el agua de vuelve color sangre por querer verter en cada verso una gota de mi ser.

Donde los problemas se plantean como una lucha y se busca una solución. Donde los recuerdos no atacan por la espalda. Donde la fuerza se mide con la voluntad de las acciones y no en discos de metal. Donde la sinceridad duele y te hace mejorar. Donde es posible conseguir tus sueños. Donde cuesta menos pronunciar tu nombre. Donde las cicatrices sanaron con besos. Donde las estrellas fugaces conceden deseos.


Donde perdí mi nombre. Donde encontré mi vida. Donde extravié el miedo. Donde hallé tu cuerpo. Donde disipé mi norte para toparme con el tuyo. Donde nuestros cuerpos chocaron por error y crearon el más bello e incierto futuro...

"Cuando creas que ya has llegado, sólo estarás en la mitad del camino" (Gahoole).


Vergel

He llegado al jardín de mis recuerdos y he cortado veinte flores de colores, entre el gris y el negro, y he comenzado a deshojarlas pensando en ti.

Por cada pétalo ha brotado una imagen y dos lágrimas, por cada tallo un clavo de mi ataúd, por cada espina dos maderas de pino, curvadas, impregnadas de muerte. Del cáliz salieron tres tábanos que taladraron mi piel e hicieron que saliera una sangre negra y contaminada.

Después llegó mi hada, y le dio color al panorama, me abrazó y me besó, y mientras ponía su mano en mi entrepierna, me susurró al oído:


"No puedes vivir agarrado a un recuerdo o morirás atrapado dentro de él".


miércoles, 17 de agosto de 2016

Rocco Siffredi

"Desnúdame, arráncame la ropa, empújame contra la pared, tírame contra el colchón, bésame y muérdeme en los labios y la lengua, fóllame lento mientras me miras a los ojos".

No es ningún pasaje de un libro, ni tampoco una escena de una película española, es posible que tampoco lo encuentras en una película de Rocco, y sin embargo, es tan real y tan erótico que me apetece hacerlo contigo a todas horas. No sé si es amor o sólo vicio, o aquello que algunos llaman pasión.

Sólo sé que repetiría contigo, cada noche, como un adicto.


sábado, 13 de agosto de 2016

Juego de niños

Supongo que todos deberíamos aprender a volver a ser niños. Volver a esa edad en la que nuestros mayores problemas son el hombre del saco, el coco, el monstruo de debajo de la cama y no aceptar caramelos de desconocidos.

Ser capaces de mirar a las personas por cómo son y no por lo que son, borrar los prejuicios, no juzgar por el pasado sino por el presente, invitar a otros a jugar a la pelota, dormir en pelete a pierna suelta, no preocuparte por el colesterol o los triglicéridos o por quién pagará las facturas a final de mes.

[Crecer]

Volver a sentir la magia del primer amor, de primer beso, del primer polvo, desaprender el dolor, desterrar al olvido a los miedos a un oscuro y lejano abismo, desplazar los rencores y ser positivos siempre.


"Imagina cómo sería vivir sin miedos..." (Arri).


viernes, 12 de agosto de 2016

Poeta

Caminaba entre la multitud, levantando murmullos y recelos. Unos de admiración, otros, quizás de envidia, y otros, sencillamente de incomprensión. No dejaba indiferente a nadie.

Vestía su mejor sonrisa, la de los domingos, portaba su camisa gris. Por su frente resbalaba un líquido rojo que brotaba desde su cabeza y que gotea por el suelo.

Caminaba con paso firme, la frente alta, embadurnada de sangre, y en su mano un corazón hecho trizas, desgastado y roto, carcomido, mordisqueado por las ratas, cada vez más pequeñito, cada vez más ennegrecido, cada vez más dolorido, y que, sin embargo, latía cada vez más fuerte.

No sé dónde iría el poeta, no sé si se desangraría en la siguiente esquina, o si fue princesa o fue ramera quien le robó el corazón antes de que volviera a respirar. Sólo sé que sonreía y se sentía feliz, pese a todo, o por todo.


Creo que fue por eso por lo que yo quise ser poeta, mi amor. 

"Siempre habrá personas que aunque tengan el corazón hecho trizas, te regalen su mejor sonrisa" (Arri).


lunes, 8 de agosto de 2016

Mudo

Si el mañana viniera corriendo detrás de mí y no me dejara opción de salir corriendo...
Si mañana mi lengua se trabara y se negara a volver a hablar...
Si dejara por un momento que el silencio hablara...

Éste te diría, sin duda, que todo aquello que oculta el alma no se esconde en las palabras sino en los actos. Que a veces dice más una caricia y un abrazo en un momento delicado. Que el beso más sincero se da con fuerza y sin pensar. Que las espinas de las rosas nos hacen aprender a luchar por lo que queremos. Que a veces, ser sinceros es la mayor liberación, que la belleza a veces está en las cosas más simples.

Pero si éste silencio fuera mío y tú lo escucharas... Te diría que no sabe cómo he sobrevivido este tiempo tan lejos de ti, que cada noche tu recuerdo me abrazaba, que el calor de tus besos me daban aliento, que soñaba con dormir agarrado a tu cintura, con pasear bajo la lluvia y chapotear en los charcos, dejando que el calabobos nos empape el alma.


"Sólo fuimos dos idiotas que se quisieron demasiado..."


jueves, 7 de julio de 2016

Azoteas

En un balcón, mirando las estrellas, a la media luz de las velas titilantes y con la luna de fondo. En el punto medio entre la conciencia y la ginebra, apoyada sobre el poyete y con la mirada al infinito, la chica del vestido rojo suspira y mira al infinito, apoya lo que queda de su copa sobre la barandilla, y vuelve a suspirar.

Yo me acerco por detrás, hundiéndola entre mis brazos, que la acogen mientras las manos se entrelazan. Me acerco al oído y le susurro una palabra que sólo ella comprende. Sonríe y se da la vuelta. Me acaricia el pelo, juega con mis rizos mientras una mano se posa en mi cuello. Se acerca a mi oído, me susurra que no lleva nada debajo mientras me besa.

La agarro de los pechos, me excita, la excito. La giro bruscamente y la levanto el vestido. Experimentamos por un momento ese placer inmenso de sentir el calor, el uno del otro, la firmeza de un miembro dentro del otro. Le agarro del pelo y la beso el cuello. Gritamos, gotean flujos, gemidos y sudor. Rezamos para que este momento no acabe nunca. Nos corremos juntos, y yo prometo volver con otra copa, y con otra copa prometo no volver nunca.


"Sólo fuimos dos lobos devorando un corazón..." (Arri).
  

martes, 5 de julio de 2016

Madera

Dentro de poco sólo seré un recuerdo. 
El suspiro difuso de una brisa liviana que arrastra mi perfume.
El calor de unas manos abrazaron fuerte y recorrieron tu cuerpo de manera lasciva.

Sólo seré un latir descompasado.
Una arruga en tu colchón.
Un vértigo al levantarte de la cama.
La resaca de los domingos.
Una vela de vainilla consumiéndose poco a poco.
La soledad del villano.
O vaselina de frambuesa para unos labios agrietados y sangrantes.

Y seré saliva. Y flujos. Y cientos de miedos galopando sobre la piel. Y decenas de besos huyendo de mi ser para unir y recomponer las astillas de un corazón, mi propio corazón, de madera, que se hinchó con la humedad de tu entrepierna y reventó desde dentro.

"Si haces todo lo que está en tu mano, no podrás reprocharte nada" (Dani H.). 


jueves, 30 de junio de 2016

Basura

Él extendió su mano y le entregó lo que quedaba de su corazón: ennegrecido por fuera, abrasado por las llamas de las pasiones pasadas, carcomido por dentro, por el veneno ácido del amor, roído por fuera, de los mordiscos incesantes de las ratas que lo devoraron cuando él lo tiró a la basura. 

- No tengo nada más que poderte ofrecer, sólo los restos que la vida dejó de mí, los hechos que el viento dejó después de arrastrar las palabras, y la seguridad que estaré ahí para combatir tus desvelos con caricias y besos.

Ella contemplaba atónita. Quizás el caviar y el champán le gustaban demasiado...


"Soy fui un formidable imprevisto..."



jueves, 23 de junio de 2016

Explosión

Disfruta del ensordecedor sonido de un corazón explotando.

El tiempo ha venido a tocar los cojones una vez más, recordándote cómo eras hace meses, o incluso años, y viendo, a través de los rebotes de un caleidoscopio con trozos de papel charol de colores, las vueltas que has dado en tu vida.

Por suerte, nada podrás hacer para volver atrás. No podrás soplar los rescoldos de las llamas intentando rebrotar algún ascua si sobre ella measte. Observa ahora, con una mueca de sonrisa torcida, cómo las ratas comienzan a devorarlo todo, y cómo las moscas acuden a por los restos pútridos y el aire se hace denso con el hedor que éste desprende.

Aún queda tiempo. Quedan doce segundos para que explote el mío.


"Anoche te quedaste durmiendo en las manos de un poeta" (Arri). 


miércoles, 22 de junio de 2016

De noche

Sálvame esta noche. Agarra mi mano con firmeza y tira fuerte hacia arriba. No dejes que me ahoguen los pensamientos, ni que los recuerdos me arrastren hasta las profundidades del querer. Abrázame fuerte. Amárrame a tus caderas, amórrame a tus pechos, encadéname el cuello con tus manos, atrápame en la oscuridad de tus ojos y despiértame con un beso.

Despiértame ahora, que he conseguido olvidar mis miedos y fracasos. O déjame dormir si sigues estando a diez mil kilómetros... porque en mi cuerpo siempre habrá un hueco para una cicatriz tan hermosa como tú.


"Si las entrañas hablaran jamás se convertirían en corazón" (Arri).


viernes, 17 de junio de 2016

Dorian Gray

Sereno, sentado, leyendo a Cernuda o escuchando a Sabina, moviendo con desdén la sacarina del café y vertiendo, una vez más, unas gotas al volcarlo en un vaso con hielo. A sabiendas que nadie sabrá el infierno que llevo por dentro.

Interpreta mi silencio como la más amarga y sincera de mis respuestas. No es tiempo, ni lugar, ni razón. Escucha cómo la madeja de mis pensamientos se va desenrollando poco a poco y cómo desde la tumba los sentimientos clavan sus uñas en el ataúd que los contiene. Y cómo se cosieron los descosidos, y de los pedazos de algo que se rompió sale la hermosa música del sonajero de un bebé.

El tiempo te desterró, como dijo Cernuda y como cantó Sabina...

"D... h... e... o..."

"Una vida, una muerte, un te quiero, un corazón titiritero..."

(Sharif - Dorian Gray)


domingo, 12 de junio de 2016

Dafne

Ella le miraba mientras conducía, se mordía el labio, se notaba empapada, se abría de piernas mientras clavaba su pupila en su perfil. Él la miraba y sonreía, con la mano en la palanca de cambios. Ella la puso encima y sonrió, y se desabrochó el botón del pantalón, se bajó la bragueta, y le guió. 

Posó su mano sobre su sexo, mientras él notaba cómo se empapaba por dentro. Palpaba con inexactitud, mientras ella exhalaba fuerte y cerraba los ojos, agarraba fuerte su mano contra sí. Quería más y ahora.

El coche se detuvo, tirando del freno de mano. Los cinturones saltaron como un resorte y se empezaron a besar. Agarrándose de la cabeza, destapando la pasión velada, atrapada durante los kilómetros de carretera.

Ella agarró por encima su miembro, y después le arrancó el botón de un tirón. Quería sentirlo suyo. Lo agarró con una mano y se reclinó. Pudo notar cómo la sangre bombeaba aún cuando se lo metió en la boca y cómo él aceleraba su respiración por el placer.

Él le bajó el pantalón, y empezó a masturbarla con un dedo. Podía notar cómo los flujos corrían por dentro. Le agarró por el pelo, parando la felación y le susurró al oído "Quiero follarte ya". Ella le miró y le besó. Sonreía entre dos luces bajándose los pantalones y las braguitas.

Se subió encima a horcajadas, y le besó con la sonrisa pícara de adolescente mientras agarraba su polla erecta y se la metía dentro. Le besó mientras le penetraba y empezaban a bailar un vals. El de los locos. El del sexo de quince minutos en un coche con un desconocido. El del riesgo y el placer. El de los gemidos. El de sentirse cerca, muy cerca, tan cerca que podrían acabar ardiendo, envueltos en llamas, o ahogados en sus propios flujos.

Un mordisco en el hombro, un beso en el cuello, un bocado en el lóbulo de la oreja y la perversión de sentir la respiración agitada del otro cerca de sí. Un placer inigualable y un orgasmo incontenido. El semen brotando y sus flujos adornándolo todo. El olor a sudor y a sexo sucio y apresurado.

Y después, quedarse, durante unos segundos pegados, reposando un cuerpo sobre el otro, pensando si podrían acostumbrarse a esa sensación a diario.


"Lo único que faltó por correrse, fue el tiempo..." (Arri)


miércoles, 8 de junio de 2016

Último vuelo

El corazón gritaba "corre" mientras la cabeza decía "espera", y una vez más, fue el corazón el que ganó la carrera, sin saber, que en la misma línea de meta comenzaba un agradable abismo. Un abismo en el que me he hundido más de una y más de mil veces, y al que parece que le he cogido cariño.

Mientras volaba por el aire, el corazón pidió, una vez más, perdón, y la cabeza, rencorosa fue quien espetó de nuevo un doloroso "te lo dije"

El suelo cada vez más cerca y la hostia cada vez más certera y seca. Lo único que me salvó de mi suicidio fue saber, que antes de lanzarme otra vez contra el precipicio, yo, ya estaba muerto.

"Acércate al oído, y dime, si conoces tú también ese abismo..." (Arri)


Yorick

Era como pasear por un cementerio a cielo abierto, o quizás, más bien, como aquellas catacumbas que visité en la ciudad de Roma alguna vez, pero en lugar de tener nombre y apellidos, tenían fecha y lugar, y a veces, incluso, vida propia.

No llegué a tomar ningún cráneo como el soliloquio de Hamlet. Simplemente me acerqué y los inspeccioné con detenimiento. No eran osarios de muertos, eran todos y cada uno de mis recuerdos, amontonados, sin un orden concreto más allá de la temporalidad de las cicatrices que habían causado.


"Las cicatrices nos recuerdan que el pasado es real" (Papa Roach). 


domingo, 5 de junio de 2016

Pasajeros

Algún verso olvidado de algún poeta olvidado me trajo desde el mismo confín del olvido un recuerdo verdadero y una sensación real y presente, mientras iba en metro.

Había recordado aquella extraña sensación, placentera, para qué engañarnos, de caminar juntos, a veces agarrados de la cintura, y otras con los dedos entrelazados. El sentir cómo el corazón bombeaba más fuerte cuando follábamos besándonos y mirándonos a los ojos, y cómo los flujos lo impregnaban todo, y aquél olor a sexo sucio y descarado al abrir la puerta de su habitación.

Ella no se dio cuenta, y me preguntó por qué andaba distraído.

- No es nada, quizás sea el metro, que me atonta.



"Y si la noche fuera nuestra..." (E. Villarreal).


martes, 31 de mayo de 2016

Portarretratos

Unos versos disimulados del Kutxi al pie de una foto en blanco y negro, de corte triste y rasgado, como la voz del carretero. La mirada firme mirando al infinito, los ojos intentando vislumbrar un futuro incierto a través de la niebla del tiempo. Sobre el hombro una chupa de cuero, sobre el alma los cientos de cicatrices de las experiencias vividas.

La barba sin arreglar de más de veinte días, y la sonrisa amarilla de las tazas de café, las ojeras a medio rostro y los callos en las manos. Los pelos de la cabeza alborotados y sin peinar, los labios secos, casi agrietados por el sol, la tez morena, tiesa, como la piel de los lagartos empalados en los alambres de espino.

Mira y dime si serías capaz de amarlo.


"En el peor de mis días serías la mejor de mis sonrisas" (Arri). 


domingo, 29 de mayo de 2016

Ifach

Hasta la orilla de tu mar han llegado nadando varios bancos de mis horas muertas, y han quedado varadas a la altura de tus caderas. Tú miraste desde arriba, te relamías los labios contemplando cómo éstas se desangraban en minutos y segundos, juraría que hasta te excitaba.

Hasta la orilla de tu mar han llegado volando cientos de besos con forma de gaviota, y se han quedado flotando en las olas de tus labios. Tú te quedaste en silencio observándolos.

Han llegado hasta la orilla de tu mar manadas de caricias que saltaban entre las aguas como delfines, haciendo cabriolas y salvando a las miradas que naufragaban en la profundidad de tus ojos.


"Y yo me quedé en la arena, observando inmensidad del mar..."


martes, 24 de mayo de 2016

Jabalí

Despertar abrazado, cuando los primeros rayos de luz empiezan a entrar por la ventana, dos minutos y medio antes de que suene el despertador, con las sábanas a media cintura, porque es más barato vestirse con otro cuerpo para quitarse el frío.

Y ese instante en el que el corazón se para anestesiado, sin saber si quedarse agarrando aún más fuerte o salir de allí saltando por el balcón, pero consciente de que tiene que decidir. Consciente de que un error que se repite, no es tal, sino una forma de ser.

Y sonó el despertador, y se giró buscando mi cuerpo, y sólo encontró los ronquidos de un jabalí, y el pelo duro, y el mal aliento, y aún así, me besó.


"La condena de la libertad, o la libertad de ser esclavo de los deseos" - (Arri)


viernes, 20 de mayo de 2016

De valiente

Parafraseando al Kutxi* diría que el miedo a perderte me halló al encontrarte.

Lo diría. Y mentiría otra vez más. Como cada vez que me miro al espejo y me grito que soy guapo y fuerte.

Mentiría si lo dijese porque no tengo ese miedo en absoluto. Con el paso de los años las situaciones me enseñaron a combatirlos desde su origen. A no dejar ninguna palabra en el tintero, ni cuerda vocal atada, ninguna frase en la boca, ni besos en los labios.

Ahora no, no tengo miedo. Podría decir que me visto de valiente de rato en rato y lucho contra el villano, ése que te aprieta la garganta, el que te nubla la vista y aplasta el pecho, el enemigo invisible que habita en tu cabeza.

Al final me di cuenta de la verdad más absoluta. El que quiere quedarse a tu lado conseguirá vencer todo aquello que se interpone. No servirán excusas banas, ni kilómetros de distancia, ni los rescoldos de amores pasados, ni los pedazos de corazones rotos. Simplemente, conseguirá estar ahí.


"Cuando decidas afrontar tus miedos cada noche... Llámame para abrazarte" - (Arri). 



*Kutxi Romero - Otro amor (León manso come mierda)

miércoles, 18 de mayo de 2016

De cartón

Me aterra. Lo admito.

Me veo repitiendo de nuevo los mismos errores del pasado. Actuando exactamente de la misma manera que hace algunas lunas. Quizás distintas palabras y algo más de trasfondo, pero en esencia, igual.

Le grito a la pared y me reviento los nudillos contra ella. A veces, hasta le doy cabezazos. No entiendo el porqué. No quiero volver a ese punto de partida, a ese kilómetro cero, no quiero ser de nuevo el prisionero de un indomable corazón de acero...

"Y es que tengo la cabeza de cartón de tanto mojar, las heridas en alcohol"

(Apalanke - Mi dios)


lunes, 16 de mayo de 2016

Helado

Cuando te vas haciendo viejo (o mayor) te vas dando cuenta de lo fácil que era la vida cuando eras un crío porque te percatas de lo duro que puede ser llegar a tomar a una decisión, y afrontar las consecuencias que se derivan de las mismas.

Lo bonito que es equivocarse y lo que duele aprender a base de golpes.

Y también aprendes que cada golpe deja una cicatriz, y que cada cicatriz se puede leer, y que de esa lectura puedes sacar una enseñanza.

Lo irremediablemente adictivo que puede llegar a ser hacer lo contrario a lo que te dicta la razón y lo doloroso que es admitir ese error.


"Me di cuenta que ya no era un niño cuando tuve que elegir el sabor de mi batido de helado..." (Arri). 


jueves, 12 de mayo de 2016

Descuidos

Me pasa con frecuencia.

La inspiración viene y me susurra al oído qué escribir, pero yo tengo los tapones puestos mientras estudio, y la oigo de refilón. Me quedo pensando en ello, y creo que después me acordaré pero me equivocaba. 

"Iba a escribir algo bonito, pero se me olvidó al verte sonreír" (Arri)




martes, 10 de mayo de 2016

Instintos

Un gesto tan inocente como estar en el metro y agarrarte el culo con las dos manos, y acercarme despacio por detrás para decirte al oído: "Tengo unas ganas locas de follarte", provocará en ti un tremendo escalofrío que recorrerá tu espalda entera y hará que se erice todos y cada uno de los poros de tu piel.

Esas palabras que hacen que el corazón se desboque, que las manos y piernas tiemblen, y que empieces a sudar. Todavía quedarán tres paradas hasta casa, pero desearás que mis manos recorran tu cuerpo, aunque sea por encima de la ropa.

Después me mirarás a los ojos y serás capaz de leer todas y cada una de mis fantasías y perversiones, y me besarás, intentando que yo traduzca las tuyas. Y volverás a besarme, por si no me quedaron claras, en el ascensor, justo antes de subir a tu casa, donde te empotraré dentro y se desatarán nuestros instintos más primitivos.


"El defecto de éste romántico pervertido fue querer cumplir sus fantasías únicamente contigo..." (Arri)


lunes, 9 de mayo de 2016

Trozos de papel

Nunca te has preguntado por qué no me viste llorar. Ni la razón de las ojeras que me llenaban media cara. Jamás te preguntaste porqué llenaba los vasos de tristezas y me los bebía de un trago. Tampoco porqué escribía todos mis errores en aquellos trozos de papel arrancados.

Me viste sonreír en la peor de las situaciones. Apretar los dientes y luchar cuando menos fuerzas tenía. Y aguantar estoico el dolor, viéndolo cicatrizar poco a poco, con el tiempo, porque hay heridas que no curan ni besos ni polvos, sólo el tiempo.

Pero no te preguntaste cuánto me pesa el alma. Ni el porqué de mis desvelos. Ni porqué suspiro cuando veo que te derrumbas. O por qué me quedo cuando todo el mundo escoge salir corriendo.

Creíste que salí de un cuento, cuando el cuento lo pinto yo para endulzar la realidad. Sólo yo sé el por qué de mis porqués... porque llevo veintiséis años de lucha sin tregua.


"Me cansé de arropar tus miedos y me fui de copas con ellos" (Arri)


miércoles, 4 de mayo de 2016

A veces

En cada noche hay un punto intermedio, entre la vigilia y el sueño, que aprovecho para imaginarme un futuro menos incierto, quizás muy lejano, o quizás no tanto.

Imagino que corremos desnudos por la playa y otras veces nos bañamos en pelotas en las charcas de la sierra. Imagino el sabor de los besos, la mitad de ellos salados y la mitad de ellos dulces. Imagino tu cuerpo y el mío abrazarse excitado, y cómo tus pezones tiesos acarician mi pecho. Imagino mi mano agarrándote el cuello mientras te beso, y la otra acariciando tus nalgas por debajo del agua.

Imagino tu rostro. Y tus labios gruesos, y tu mirada profunda, y tu sonrisa perfecta. Imagino tu cara de ángel que esconde un demonio detrás. A veces eres rubia, y otras morena, las menos veces pelirroja. En ocasiones tienes pecas, y otras piercings que atraviesan tu nariz, o tus labios, o uno de tus pezones. Y te miro a los ojos, ojos del color del mar, o de la madera, del campo en primavera o de la oscuridad del invierno.

Y a veces, hasta tengo el valor de ponerte nombre, y salir a buscarte...


"Siempre me imaginé leyendo este tipo de cosas a una niña de veinte años a la que le cuesta dormir por las noches..." (Arri).


jueves, 28 de abril de 2016

Demonios

La primera vez que la vi me llamaron la atención aquellos dos ojos avellana, color vulgar aclarado, de esos que tienes que mirar bien y fijarte para ver cómo son realmente, pero con unas machas verdáceas que los hacían interesantes.

Detrás de aquel destartalado tenderete, con el pañuelo en la cabeza y la camisa arremangada hasta el codo, con el mandil tosco, con la apariencia de espita por delante. Vendía peluches, de diferentes formas y tamaños, con diferente color, pero todos con la textura del terciopelo.

Algunos con formas diabólicas, casi todos, a decir verdad. Acaricié uno y pregunté el precio, y ella me dijo que si acepta comprar uno tendría que quedarme con el resto, porque lo que vendía en ese puesto no eran muñecos, sino su corazón.


"Elige a quien, después de mostrarle tus demonios, se quede sonriéndote y acariciándolos en lugar de salir corriendo sin mirar atrás..." 
(Arri).



miércoles, 27 de abril de 2016

Nocturno

Me pasa prácticamente cada noche. Apago las luces y parece que se encienden los pensamientos, o, al menos, se aceleran. Es como si el cerebro no asumiera que es hora de descansar y no pensar en nada.

Me quedo mirando el techo. Resolviendo mentalmente todos y cada uno de los problemas del mundo. Mi mundo, para ser exactos. Hasta que en un momento explota todo y se apaga. Noto como se me adormecen las manos y se cierra el telón hasta mañana.

Y casi por error, en lo efímero de un sueño, he visto unos ojos que me miraban desde detrás de un libro...

"Por suerte y desde hace algún tiempo, mis insomnios carecen de nombre y apellidos..."

(Arri)


martes, 26 de abril de 2016

Polen

En el duerme vela que dan los treinta minutos de relax después de comer, habiendo dormido, como mucho, diez horas en los últimos dos días, he escuchado un sollozo y he notado un temblor dentro de mí.

Era mi corazón llorando.

Yo no he sabido muy bien qué decirle, y le he preguntado, dubitativo, que por qué lloraba. Él me ha contestado que no lo sabía, pero que hacía ya varios días que se sentía vacío.


Yo le he dicho que seguramente sería alergia al polen, o a las pelusas de los chopo, y me he quedado dormido lanzándole un antihistamínico a los pies. 


"Y pasé de soplar pestañas a dientes de león..." (Arri)

domingo, 24 de abril de 2016

Estado de sitio

Me hice una coraza con todas y cada una de las sonrisas que te robé. Blindé mi piel con los besos y caricias que me regalaste. Como yelmo, el huracán de suspiros que te provoqué, mezclados con esos pensamientos lascivos que te hacían enloquecer.

Por escudo, el cariño vertido en tus palabras, y la calidez de tu mirada. Mi fuerza residía en saliva, por eso me la dabas, por eso siempre volvía a por más, y me ungiste una cruz con tus flujos en mi frente.

Mi valor fueron dos manos entrelazadas y la complicidad de unos ojos que observaban cómo el mundo se detenía cuando nuestros cuerpos se fundían en uno solo en la estrechez de una cama de setenta..

No me hacían falta armas para ganar esta guerra, la tuya y la mía, las de cama y almohada, si acaso, algún verso desaliñado y desteñido, y los mordiscos en los labios para probar el sabor del verbo amar.

Pero ahora... reina la paz.  

"Te has colado, donde nunca habían entrado, en mi paz interna, donde reina el caos..."
(Carlos Chaouen & A Contraverso - Deuda Pendiente). 


Brindando

Lléname la copa y brindaremos por todos los malos momentos, y por los días de mierda que no acabaron con nosotros, y por las heridas abiertas que supuran, y por todas nuestras derrotas y fracasos.

Alza la copa, aún es temprano, bebe y vuélvemela a llenar.

Ahora brindo por la sonrisa que me pinto cada día, por intentar ser mejor persona, por tener principios, por no ser mejor que nadie, por ser sincero, por lo de siempre: luchar sin descanso, por las treguas de treinta segundos que da la vida, por las veces que llamo a Dios antes de correrme con cualquier desconocida, por las injusticias que me hacen apretar los puños.

Otra más.

Brindo por las sonrisas que me sacó, por los buenos momentos, por los apoyos en mis flaquezas, por la belleza de los recuerdos, por los polvos que no caerán en el olvido, por los besos que recargaban pilas, por el sexo impregnando cada uno de nuestros rincones, por los abrazos y caricias.

Rellena.

Por la resaca de los domingos y el olvido de los lunes.

Tira la copa hacia atrás.

Por las "buenas noches" que arreglan días y por los "buenos días" que pintan alegrías, y por las alegrías que dibujan las curvas más sensuales de tu cuerpo de mujer: tu sonrisa.



"Si me viste borracho no me lo tengas en cuenta, posiblemente sólo buscaba matar unos cuantos recuerdos" (Arri).

  

martes, 19 de abril de 2016

1907

"Es sabio, pues tiene razones que sólo él sabe.
Es liviano, pues dentro de él sólo caben sueños.
Está muerto, pues por él he escuchado más de un réquiem.
Es insignificante, pues para muchas fue un adorno baladí.
Es tan brillante, que creerías que está hecho de zinc.
Es flexible, pues cualquiera puede llevárselo en el bolsillo.
Es sensible, porque cuando siente dolor te hace sufrir.
Es indómito, pues cuanto más le intentas callar, más fuerte grita.
Está roto, mas sigue funcionando, y en él puedes observar alguna cicatriz.
Es frágil, pues cualquier mirada puede romperlo.
Es infatigable, y nunca descansa, ni siquiera cuando lo destrozan".


- Bandolero, dime qué es.

- Te lo diré otro día gitana de labios gruesos, porque ahí viene la Guardia Civil...

Y jamás volvió a verlo. 

"Y hay que callar,
si el corazón nos pide escuchar..."

(Apalanke - Puñaos de mierda)

jueves, 14 de abril de 2016

Oral

Escribía de manera frenética en el ordenador, con tanto ímpetu que parecía que las teclas iban a saltar volando en cualquier momento. En su cara el estrés y las ojeras, detrás del cristal de unas gafas de pasta. Las uñas pintadas de un granate oscuro y el descontrol de haberse desmaquillado a medias y con prisa. Respiraba agitada.

Él se aceró por detrás sigiloso y la besó en la mejilla mientras apoyaba sus dos manos en sus hombros. Era uno de esos momentos en los que no hacía falta decir nada. Masajeó un par de veces los omóplatos y le dijo que la cena estaba lista.


Después de cenar se tumbaron un momento en el sofá y la abrazó fuertemente. "Sé que hoy no es un buen día, pero relájate diez minutos. Cierra los ojos, túmbate y disfruta".

Comenzó besándola suavemente en los labios, después la mordió un poco el labio, mientras sus manos comenzaban a recorrer su cuerpo por debajo del pijama. Bajó besándole en el cuello, con besitos pequeños, de esos que hacen que se te erice el vello, y de ahí hasta morderle la oreja mientras notaba cómo se excitaba poco a poco.

Sus manos bajaban poco a poco por su tronco, jugando con sus pezones, deslizándose hasta sus caderas, y a aquel culo redondo que tanto le gustaba. La ropa sobraba. Ella disfrutaba, y parecía que todo el estrés acumulado desaparecía. La empezó a desnudar, mientras con su mano derecha exploraba el tesoro que guardaban sus piernas. Se lamió los dedos mirándole a los ojos y se los restregó por la vagina antes de introducirlos poco a poco. En ese momento le mordió con malicia los pezones, y pudo escuchar cómo se escapaba un gemido de su boca.

Le miró a los ojos mientras metía cada vez un poco más hondo y más fuerte sus dedos. Ella le miraba excitada. Él acercó su boca a la suya, sacando la lengua por fuera y jugaron con ellas por fuera. Él apretaba con más fuerza dentro y ella lo notaba dando sacudidas y abriendo la boca y cerrando los ojos.

Volvió a besarle el cuello, y bajó poco a poco, chupó sus pezones y bajó dejando un reguero de saliva por su ombligo, hasta llegar a vulva rosada, hinchada y chorreando flujos. Comenzó a saborearlo, introduciendo su lengua poco a poco, lamiéndolo con fuerza desde fuera, mientras sus dedos seguían haciendo prospección dentro de ella.

Ella se excitaba cada vez más y apretaba su cabeza contra sí, pidiendo más y más. Él lo notaba y sonreía mientras le miraba a la cara. Eso hacía que la libido le subiera aún más. Con una mano rodeaba su muslo y empujaba hacia arriba sus pliegues de piel, dejando ver el clítoris. Él lo chupaba con la punta de la lengua, jugando a dibujar sobre él.

Sus dedos se movían cada vez más deprisa dentro de ella y su lengua. Ella gemía y encorvaba su espalda, sin querer que se despegara de ella ni un instante. Empezó a temblar poco a poco. Gritaba cada vez más y más. Sus piernas abrazaron su cuello. Su columna parecía ir a partirse. Gritó fuerte echando la cabeza hacia atrás y cayó desplomada hacia atrás, con los ojos en blanco sin parar de decir "joder, joder, joder, joder".

Sus piernas se tambaleaban, su respiración se relajó.

- Creo que ahora puedes seguir trabajando, princesa - dijo él.

"Todos nos merecemos a alguien que nos quite las penas con una buena dosis de sexo oral cuando tenemos un día de mierda..." - (Arri).  




Ambigrama

Sé que me odias, y no te culpo por ello.

He resucitado todo aquello que un día creíste extinto y soterrado. Lo que guardaste en un cofre bajo llave, envuelto en acero, bajo tres capas de cemento y dos metros de tierra.

He conseguido que vuelvas a sonreír, que te brillen los ojos, que sientas que la magia existe por un momento, que te preguntes por alguien más que por ti misma, que pienses y reflexiones. Que sientas ilusión por algo más que llegar viva al final del día.

Sé que me odias. Y yo a ti también. Por dejarme hacerlo y creérmelo, por un instante.

"No llegué a saber la verdad nunca, pero sí sé
que a veces me odio, y luego se me
pasa, sabiendo que llegué a olvidarme contigo". 
(Arri)

Da igual como lo leas, del derecho o del revés, significará lo mismo, con el texto, exactamente igual, tú o yo.