jueves, 30 de septiembre de 2021

Kamizakes

Clavó sus pupilas verdes en las mías, y nos quedamos a centímetros de besarnos, en silencio, casi sin respirar. Yo observaba cómo cambiaba de tono cuando les daba la luz, del color oliva al turquesa, intentando vislumbrar si dentro de ella había un corazón bonito o era sólo fachada. Noté algo extraño, algo le pesaba, como si su alma fuese plomiza, como si estuviese cansada, o más bien harta. Quizás los prejuicios, o los turnos de trabajo, o el no haber sido capaz de encontrar a alguien que levantara con fuerza esa capa plúmbea, esa oscuridad que tapaban sus ojos y que sólo los inconscientes como yo eran capaces de tocar y sentir, de una manera casi magnética.

Esa penumbra interior hacía que bailaran todos lo trozos de alma que yo sentía por dentro, y los movía poniéndolos a danzar, los atraía hacia sí, casi de manera involuntaria. Fue capaz de ver mi desaguisado interior, el peso de las decepciones y la desconfianza, el dolor que supuraba cada poro, aunque yo lo negara. Posó su mano en mi rostro, la calidez del tacto y la suavidad de su piel, casi mórficos. 

A mí, me salió abrazarla, como intentando abarcar toda esa oscuridad que atesoraba y hacerla más y más pequeña con el brillo de mi sonrisa gris. Esa que intenta vencerlo todo por fuerza y voluntad. Se fundió conmigo, casi auscultándome el corazón, en un momento mágico, como el luscofusco. Y nos besamos. 

Después supimos que llenos de defectos y de cicatrices, éramos perfectos, el uno para el otro, decidiendo inmolarnos viviendo hacia adelante, como kamikazes hacia el sol.


"Aprende a caminar dejando atrás todos tus miedos" (Desakato)

martes, 28 de septiembre de 2021

Dundee Croc

Su olor, impregnando las sábanas como si una parte de ella hubiese decidido quedarse a hacerme compañía el resto del día, el olor de su perfume y a su esencia, ese olor a mujer, a juventud, a rebeldía, a tierra mojada, a calma que se transforma en tempestad, a fuego crepitante que se violenta, a salitre y a mar. Ella, ella huele a pólvora y a rayos de sol...

La huella de su alma en mi boca, de sus besos con el gusto a tequila y limón, a cerveza fría de barril, a chicle de fresa y hierbabuena, a lambada bailada con la lengua, a pasión contenida que de repente estalla en mordiscos ensalivados. Los recodos de su cuerpo, el sabor de su piel en mis papilas, el bocado en su cuello y el seguir degustado cada punto de su cuerpo, el pezón rosado, acariciarlo con la punta de la lengua, en círculos, besarlos y morderlos, continuar bajando por su torso, dibujando una autopista por su ombligo hasta llegar a lo más profundo de su ser. Mirar hacia arriba, ver cómo sonríe y se muerde el labio, me tira del pelo y me aprieta contra su cuerpo. Disfruto mientras la devoro y no deja de mirarme, mientras la observo y comienza a retorcerse, gimiendo, apretándome más fuerte contra su sexo, poniendo los ojos en blanco cuando estaba a punto de correrse...

"La pedí que me quitara la pena y me arrancó el corazón" (Arri).

domingo, 26 de septiembre de 2021

Selfie

Cuando le veas, mírale a los ojos y sabrás que está sonriendo a través de la mascarilla. No importa que esté lloviendo y él esté calado, ni que las ojeras le lleven a medio rostro o que las vigilias hayan esculpido en su rostro la parte más humana del cansancio, ni tampoco que lleve un día de mierda. Él lo disimulará, y te intentará sacar la mejor de tus sonrisas. Se esforzará más incluso si te ve apagada o marchita, o si estás en uno de esos días en los que no te soportas a ti misma. Quizás le encuentres moviendo el cuello o cantando en voz baja mientras teclea en el ordenador o levanta peso en el gimnasio. 

Si consigues que se quite la mascarilla verás su barba tupida y las canas que se abren paso a través de ella, y podrás ver que pega con las mismas que tiene en el pelo, si no está muy alborotado, y le verás esbozando una sonrisa pícara, e igual arquea una ceja si le caes en gracia. Aunque por fuera parezca hosco, es todo corazón, aunque a veces gruña, aunque pueda llegar a ser terco y cabezota, no tiene maldad alguna. Tiene defectos y virtudes, y de éstas últimas, quizás la mayor sea la capacidad de reponerse, de sanar las heridas. Unas veces con el tiempo, otras veces con alcohol. Y sentirse orgulloso de todas y cada una de las cicatrices que tiene en el pecho por haber amado sin conocimiento, pensando que el término medio es para los cobardes y sabiéndose valiente, aunque después se llame tonto. 

Ten cuidado si eres capaz de amarlo, porque puede ser adictivo. Podrías acostumbrarte a dormir en su pecho después de follarte tan sucia y dulcemente que perdieras la noción del espacio tiempo. Te sonreirá mientras recorre con su lengua tu torso desnudo y tus más profundos lugares, y te comerá la boca y hará que te corras. Después contará tus lunares, mientras te mira a los ojos, en ese ambiente en el que el aire se hace denso después de haber hecho el amor. Le preguntarás el porqué del tatuaje de su costado, y él te dirá entre carcajadas, que es demasiado pronto para que lo sepas. Tú querrás repetir, y él, sólo te pedirá que no juegues con los restos que le quedan de corazón mientras la conversación os lleva a una noche sin fin...


- Y cuando hayas acabado de leer esto, te darás cuenta que ÉL soy YO -. 



lunes, 20 de septiembre de 2021

Square one

 - ¿Cómo es ella?
- ¿Sabes? Hay muchas mujeres en el mundo por las que vale la pena matar, pero sólo unas pocas por las que merezca la pena morir. Ella, sin duda, es de las segundas. 
- ¿Tan especial es?
- Es capaz de calmarme con una mirada, de encenderme con un susurro, de hacer que se me olvide el día de mierda con tan sólo una sonrisa, de ponerme la piel de gallina con sólo rozarme, de hablarme tan dulcemente como si lo hiciese a un niño de prescolar, de follarme tan salvajemente que, me pase como a Hemingway en Medianoche en París.
- ¿Cómo Hemingway en Medianoche en París?
- "Cuando haces el amor con una gran mujer sientes una pasión bonita y veraz, y al menos, en ese momento pierdes el miedo a la muerte [...] amando con la suficiente pasión, apartas a la muerte de su mente, hasta que vuelve como hace con todos los hombres, y es hora de volver a hacer el amor de verdad".

Alberto suspiró y se encogió de hombros, sin pronunciar palabra.

- Además, puede domesticar mis demonios y ponerlos una carlanca, entiende mis silencios, aprieta mi mano cuando tengo miedo, duerme en mi pecho y me abraza, sonríe con ternura y me transmite paz, disfruta el café de por las mañanas mientras se disimula las ojeras, esas marcas de perseguir los sueños. Nunca se rinde y cuando todo va mal frunce el ceño, aprieta los puños y lo intenta con más ganas, en sus ojos puedes ver que es una luchadora.

Él, se rascó la barba, haciendo una mueca extraña con la boca, dubitativo, e interrogó:

- ¿Y cómo dices que se llama?
- Aún no la conozco, pero sé que está ahí fuera, y pienso encontrarla.


What if I was nothing?
What if this is true?


martes, 14 de septiembre de 2021

Eleanor Suits

 Hay una vela encendida mientras que el resto de la habitación permanece en la penumbra. Se dibujan sombras, tras la llama tintineante mecida por el viento. Fuera llueve. Se escuchan las gotas caer, y los regueros correr calle abajo. Un uber en doble fila frente al hotel de los gabachos escuchando el Barça-Bayern. A lo lejos, el sonido de los coches pasando rápido por la calle Alcalá. Después el silencio, un extraño acompañante en Madrid. 

El sonido de la paz y la calma, el de las madrugadas del lunes, el impasse entre latidos, ahora amortajados. El sigilo de mis pensamientos, al final atenuados o simplemente callados, o desterrados al olvido. Los rescoldos humeantes de una guerra provocada por unos ojos grises y una ruleta rusa apuntando al pecho que se desdibujan en el eje espacio-tiempo a la vez que recordaba...

El galope del bandido, el arriado de velas del pirata, los labios cosidos del poeta. Las salpicaduras de sangre sobre la pared de mi cuarto después de haber acribillado a navajazos mi propio corazón. El olor a sexo vacío y sin compromiso, sucio y placentero. El tacto pegajoso de sus fluidos en mis dedos. El mordisco en el hombro, y en el pezón, justo al lado del lunar. Una buena comida de polla. Ponerla a cuatro patas, tirarla del pelo, sacar el primate que llevo dentro. Follarla duro mientras me pide que la estrangule, mientras gime y se encorva su espalda, sus ojos se ponen en blanco y agarra con sus manos las sábanas, hasta que al final, entre espasmos, llega al orgasmo pidiéndome que no pare, reclamando para sí mi esencia más lasciva, queriéndose sentirla dentro, caliente, peligrosa, como un juego azaroso de amor y odio.

- Mañana madrugo -musité-. Es posible que te cierre el metro si no te das prisa. 


"No necesito amor, sólo tu compañía..." (Recycled J & Cruz Cafuné)


Gym

Ese punto en el que te quedas absorto mirando la nada, sentado y sudoroso, sintiendo tus propios pensamientos sobrevolarte como buitres, con la mirada vaciándose por momentos y el heavy metal sonando a todo volumen en los auriculares. El momento en el que miras al suelo, o al reloj, pero nunca al espejo, como una muestra de estoicismo. En ese instante, sentí cómo se clavaban dos ojos en mi sien. Subí la vista y apartaste la mirada, casi con vergüenza, haciendo con que mirabas el móvil, pero tú me mirabas y yo te vi y te miré. No dijimos nada. Empezaste otra serie antes de que el moscardón de turno llegara a darte explicaciones de cómo hacer el preacher curl, que no te convencieron para nada. Intuí dulzura, pero no me quedé a verla ni a asegurarme de si existía.

Y aquella noche cené hígado, porque de lo que se come se cría y de tripas corazón.



jueves, 9 de septiembre de 2021

Septiembre

El noveno mes del año siempre me trae un halo de melancolía, como si el año acabara y empezara aquí. Y muchas veces, ha sido así de facto, empezaba el nuevo curso, o una nueva etapa, o se acababa la temporada deportiva, tal vez empezara a hacer frío, o la rutina volviera a llamar a la puerta. 

Melancolía, incertidumbre, épocas de empezar caminos nuevos, de abrir libros y cerrar otros, o de seguir añadiendo a páginas a nuestra propia historia. Podría mirar hacia atrás y ser capaz de reír y llorar al mismo tiempo, pensando, mientras abrazo los recuerdos: "¡Joder! ¡Eso lo he vivido!". Secarse los ojos y mirar hacia adelante, al futuro, con la ilusión de un niño el día de Reyes. 

Y aprender de los errores, de las cicatrices y los desconchones del alma, de las noches en vela, de esos putos recuerdos que vienen sin querer y que se clavan como facas en lo más profundo de mi ser, como un castigo humano, como la propia tortura que me autoimpone la sinrazón por haber amado con fe ciega, por haber entregado todo desde el primer momento... 
Por haber creído que existían las más absolutas y maravillosas coincidencias.


"And run away before I know,
my heart is just too dark to care
I can't destroy what isn't there"
(Slipknot - Snuff)