miércoles, 28 de julio de 2021

Nunca seré tuyo

 Otra vez esos tambores de guerra.

Donde no hay lugar para la esperanza y la fe puso tierra de por medio. Donde no crece hierba, ni sentimiento y sólo graznan cuervos y grajas. Donde se cambia la sinceridad por el placer, y las mentiras son profundas y dichas a los ojos sin un ápice de titubeo.

Como una tormenta de verano estallando, empapándolo todo, con relámpagos iluminándo y truenos haciendo que el corazón se encoja a cada estallido, consiguiendo que las calles se limpien, como las almas de los zoquetes que como yo caminan a deshoras y sin paraguas. 

Cuando se desaten gritos y golpes, y el sonido se amortigüe entre colchones y pestillos echados, y los muebles crujan hasta astillarse. Cuando los ríos de sudor lo empapen todo, y la sangre se acumule, casi hirviendo, luchando por contenerse dentro del cuerpo. Cuando las pupilas se dilaten y los puños se aprieten, como furia retenida, como rabia disimulada, como sábanas arrugadas.

Quien consiga cambiarlo. Quien tenga cojones a entrar en esta puta guerra de sexo entre almohadas. Quien venga armada hasta los dientes, dispuesta a llevárseme por delante, a troncharme el cuello obligándome a escuchar a otro corazón que late como el mío. Quien sea capaz de domesticar a todos y cada uno de mis demonios y también mis sentimientos, y decirme, cuando todo explote, que todo saldrá bien.

Sólo entonces, tendrás en la mano todo mi ser, y podrás decir que soy tuyo.

Pero lo dudo. Dudo de la valentía y de la confianza, dudo de los sincericidios postcoito, de los sentimientos que surgen a las pocas horas de conocerse. Observo mentiras veladas y dulces, y medias verdades, y el azúcar mezclado con cianuro de cada caricia y beso sobre mi piel. 


"Y tú con tu boca en cualquier bar de copas, regalando besos, bebiendo la copa..." (Huecco y Kutxi - Idiota)

sábado, 24 de julio de 2021

Bestiario

[Un bisonte, un lobo y un tejón. 

Ordenados por orden de tamaño, caminan por las laberínticas estepas de mi mente. No intentan devorarse, no se gruñen entre sí, siguen los pasos del anterior, con paso lento pero firme, determinados a no dejar de avanzar. Un trío extraño que se reunió la última vez que mi miocardio se cansó de latir y pidió expirar para dejar de sufrir, y que desde entonces se postuló como los guardianes de mis entrañas. La resistencia y la resiliencia. La esencia de mi ser. Lo único que permanecerá imperturbable al paso del tiempo. Un recordatorio, el reflejo de uno mismo. Una premisa y un objetivo. Los magistrados que juzgarán todos mis actos. Una guía, el sendero para encontrar la felicidad y no abandonarla jamás. La autenticidad].

Ella se giró hacia mí, atusándose el pelo y mordiéndose el labio, intentando provocarme. Con el pintalabios rojo y los ojos azules, intentando seducirme:

- ¿Qué más te hace falta para ser feliz...? - dijo mientras sus dedos acariciaban sus clavículas-.

Y yo solté una carcajada antes de contestarle:

- Yo ya soy feliz, no me hace falta nada. 

[Algo se conmovió dentro de mis entrañas, el bisonte resopló cabeceando arriba y abajo, el lobo miró a la luna y aulló, y el tejón se quedó mirando, inmóvil, esperando otra contestación].

Ella abrió los ojos, con algo de incredulidad, y espetó:

- Entonces, ¿vamos a follar?.

- ¿Por qué no? - respondí.

Y el resto fue historia.



"Arráncame la ropa, y echa las cortinas, piérdeme el respeto ahora que estemos solos, follemos como locos, sin ningún decoro..." (Gritando en silencio)


viernes, 23 de julio de 2021

La noche más corta

 Lo que comienza con una conversación inocua entre unas cervezas o un vino a media tarde y acaba cuando los camareros empiezan a recoger las mesas. Que las palabras se vean interrumpidas por el sonido metálico de las cadenas recorriendo las mesas, apilándose, como lo hacen nuestras pupilas, segundo a segundo. El plato girando en la mesa con la cuenta, y el "lo siento, tenemos que cerrar" como un mantra repetido hasta la saciedad.

Recorrer las calles oscuras, desérticas, donde ni las ratas se asoman, donde el amor miró para otro lado cuando las piernas se abrieron en portales, donde Dios y el Diablo jugaron al póker con las almas de unos simples seres humanos. El ruido de tacones, atenuado por los callejones, gritaba menos que la sonrisa pícara en el portal, invitando a subir a casa. Asentir con la cabeza mientras el corazón empieza a bombear sangre. El placer de lo simple. Hoy vamos a follar porque nos apetece, porque podemos, porque no tenemos ataduras, porque estamos vivos. 

Y del resto. Es historia. Entre gemidos y sudores, entre orgasmos y temblores, en el descanso del cigarrillo y la copa entre polvo y polvo. Y ver despuntar el alba, y los tímidos rayos de sol llamando a la puerta, con el cantar de los mirlos. Y el "no hace falta que te vayas" como una declaración de intenciones.

La intención de seguir repitiendo.


"Y como si una luz de freno le iluminase la cara, dio una última calada y sonrió sin decir nada" (Piezas).

lunes, 19 de julio de 2021

Alas negras

Pasé demasiado tiempo pegado al suelo, calzando unos zapatos de plomo que me autoimpuse, y que con el tiempo interioricé como parte de mí. Del peso se me combó la sonrisa, del cansancio se me doblaron los párpados y salieron ojeras negruzcas, del dolor se me agrió el carácter, de las heridas brotó sangre, que ya no sangran y ahora ni tan siquiera duelen. 

Pero...

Me han salido alas. Alas negras de plumas metálicas. Brillan al sol y cuando las bato, se tornan rusientes y cortan el aire. Y son esas alas las que me impulsan ahora, las que hacen que vea todo desde arriba y con perspectiva. Las que me han hecho inexpugnable. Las que cada noche me acunan y se convierten en una fortaleza impenetrable. Las que dolieron tanto al salir que creí partir mi espalda por la mitad. 

Las que me han hecho libre. 


"Este soy yo, terciopelo que araña tu piel, amargo a veces y otras soy la miel..." (Sôber)

jueves, 15 de julio de 2021

XXXI

Encontrar la paz. Mirarse en el espejo y saberse totalmente sosegado. Respirar profundo con la tranquilidad de no deberle nada a nadie. Observar cómo las canas van abriéndose camino, casi impetuosamente, entre el cabello, las cejas y la barba y sonreír pensando:

- Me estaré haciendo mayor, pero, joder, ¡aún tengo mi punch!

Ver las ojeras o las arrugas como un signo de batalla, cercanas casi al estoicismo, y tras acariciarme la cara decirme:

- Cuántos quisieran... ¡y cuántas!

Y volver a sonreír sin motivo, reír a mandíbula rota, gritar a garganta partida. Que todo dé igual, importando absolutamente todo. Abrir los ojos y ver el mundo con unos ojos nuevos, con la ilusión de un niño y la experiencia de un adulto. Relativizar, darle valor a las cosas que realmente lo tienen, a esos pequeños hechos que nos llenan, una caña, un café, una conversación, un gracias, una sonrisa con un buenos días... Darle importancia a aquello que nos hace felices. 


"Y el miedo hacía de un acto un acontecimiento igual que la altura convierte el agua en cemento" (Piezas)

jueves, 8 de julio de 2021

Ecdisis

Suena bonito pensar que somos el sueño erótico de otra persona, quizás la conozcamos o puede que sólo nos hayamos cruzado con ella durante unos segundos en la calle o en la frutería del súper o en la terraza de un bar mientras mirabas distraído el móvil cuando removías el café con hielo. Suena mejor que ser el amigo simpático, muy majo, aunque inevitablemente, también lo seremos, unos más frecuentemente que otros. 

Por eso deberíamos disfrutar más a menudo la excepción que confirma la regla, el triunfo de la gente corriente, el momento en el que los villanos ganan y consiguen hacer que te ruborices, que te coloques el pelo detrás de la oreja sin ser capaz de dejar de mirar a los ojos de un golfo honesto y que tapes tu sonrisa con la mano porque no eres capaz de reír. 

Y mudarnos la piel como los reptiles y vernos desnudos y sinceros. Y ponernos a follar como locos hasta que se nos incendien las almas, hasta que el sudor funda nuestros cuerpos, hasta que olvidemos cómo nos llamamos y de qué nos conocemos.


"Sudores fríos, por el pecho y por la espalda me recorren al follar contigo..." (Natos, Waor, Recycled-J).

domingo, 4 de julio de 2021

Onírico

Ha vuelto a pasar. No sé ni cómo ni por qué. Quizás haya sido un desliz, que el subconsciente se haya relajado después de haberle exigido sangre y lágrimas, después de que el dolor haya vuelto a manifestarse y que mi espíritu haya claudicado, humillando. Hoy volviste a aparecerte en sueños. Como una espina clavada, o una deuda a saldar, como una herida aún abierta, que sangra y late y duele. 

Y hoy, otra vez, al despertarme, he vuelto a ahogarme entre cientos de preguntas, entre dedos inquisitorios y silencios eternos. Sin respuesta alguna... porque quizás no haya que buscar sentido a los sueños, sino darle sentido a la vida. 



"Cientos de preguntas hoy perforan mi cerebro, quiero la respuesta de mi gran porqué..."