jueves, 28 de abril de 2016

Demonios

La primera vez que la vi me llamaron la atención aquellos dos ojos avellana, color vulgar aclarado, de esos que tienes que mirar bien y fijarte para ver cómo son realmente, pero con unas machas verdáceas que los hacían interesantes.

Detrás de aquel destartalado tenderete, con el pañuelo en la cabeza y la camisa arremangada hasta el codo, con el mandil tosco, con la apariencia de espita por delante. Vendía peluches, de diferentes formas y tamaños, con diferente color, pero todos con la textura del terciopelo.

Algunos con formas diabólicas, casi todos, a decir verdad. Acaricié uno y pregunté el precio, y ella me dijo que si acepta comprar uno tendría que quedarme con el resto, porque lo que vendía en ese puesto no eran muñecos, sino su corazón.


"Elige a quien, después de mostrarle tus demonios, se quede sonriéndote y acariciándolos en lugar de salir corriendo sin mirar atrás..." 
(Arri).



miércoles, 27 de abril de 2016

Nocturno

Me pasa prácticamente cada noche. Apago las luces y parece que se encienden los pensamientos, o, al menos, se aceleran. Es como si el cerebro no asumiera que es hora de descansar y no pensar en nada.

Me quedo mirando el techo. Resolviendo mentalmente todos y cada uno de los problemas del mundo. Mi mundo, para ser exactos. Hasta que en un momento explota todo y se apaga. Noto como se me adormecen las manos y se cierra el telón hasta mañana.

Y casi por error, en lo efímero de un sueño, he visto unos ojos que me miraban desde detrás de un libro...

"Por suerte y desde hace algún tiempo, mis insomnios carecen de nombre y apellidos..."

(Arri)


martes, 26 de abril de 2016

Polen

En el duerme vela que dan los treinta minutos de relax después de comer, habiendo dormido, como mucho, diez horas en los últimos dos días, he escuchado un sollozo y he notado un temblor dentro de mí.

Era mi corazón llorando.

Yo no he sabido muy bien qué decirle, y le he preguntado, dubitativo, que por qué lloraba. Él me ha contestado que no lo sabía, pero que hacía ya varios días que se sentía vacío.


Yo le he dicho que seguramente sería alergia al polen, o a las pelusas de los chopo, y me he quedado dormido lanzándole un antihistamínico a los pies. 


"Y pasé de soplar pestañas a dientes de león..." (Arri)

domingo, 24 de abril de 2016

Estado de sitio

Me hice una coraza con todas y cada una de las sonrisas que te robé. Blindé mi piel con los besos y caricias que me regalaste. Como yelmo, el huracán de suspiros que te provoqué, mezclados con esos pensamientos lascivos que te hacían enloquecer.

Por escudo, el cariño vertido en tus palabras, y la calidez de tu mirada. Mi fuerza residía en saliva, por eso me la dabas, por eso siempre volvía a por más, y me ungiste una cruz con tus flujos en mi frente.

Mi valor fueron dos manos entrelazadas y la complicidad de unos ojos que observaban cómo el mundo se detenía cuando nuestros cuerpos se fundían en uno solo en la estrechez de una cama de setenta..

No me hacían falta armas para ganar esta guerra, la tuya y la mía, las de cama y almohada, si acaso, algún verso desaliñado y desteñido, y los mordiscos en los labios para probar el sabor del verbo amar.

Pero ahora... reina la paz.  

"Te has colado, donde nunca habían entrado, en mi paz interna, donde reina el caos..."
(Carlos Chaouen & A Contraverso - Deuda Pendiente). 


Brindando

Lléname la copa y brindaremos por todos los malos momentos, y por los días de mierda que no acabaron con nosotros, y por las heridas abiertas que supuran, y por todas nuestras derrotas y fracasos.

Alza la copa, aún es temprano, bebe y vuélvemela a llenar.

Ahora brindo por la sonrisa que me pinto cada día, por intentar ser mejor persona, por tener principios, por no ser mejor que nadie, por ser sincero, por lo de siempre: luchar sin descanso, por las treguas de treinta segundos que da la vida, por las veces que llamo a Dios antes de correrme con cualquier desconocida, por las injusticias que me hacen apretar los puños.

Otra más.

Brindo por las sonrisas que me sacó, por los buenos momentos, por los apoyos en mis flaquezas, por la belleza de los recuerdos, por los polvos que no caerán en el olvido, por los besos que recargaban pilas, por el sexo impregnando cada uno de nuestros rincones, por los abrazos y caricias.

Rellena.

Por la resaca de los domingos y el olvido de los lunes.

Tira la copa hacia atrás.

Por las "buenas noches" que arreglan días y por los "buenos días" que pintan alegrías, y por las alegrías que dibujan las curvas más sensuales de tu cuerpo de mujer: tu sonrisa.



"Si me viste borracho no me lo tengas en cuenta, posiblemente sólo buscaba matar unos cuantos recuerdos" (Arri).

  

martes, 19 de abril de 2016

1907

"Es sabio, pues tiene razones que sólo él sabe.
Es liviano, pues dentro de él sólo caben sueños.
Está muerto, pues por él he escuchado más de un réquiem.
Es insignificante, pues para muchas fue un adorno baladí.
Es tan brillante, que creerías que está hecho de zinc.
Es flexible, pues cualquiera puede llevárselo en el bolsillo.
Es sensible, porque cuando siente dolor te hace sufrir.
Es indómito, pues cuanto más le intentas callar, más fuerte grita.
Está roto, mas sigue funcionando, y en él puedes observar alguna cicatriz.
Es frágil, pues cualquier mirada puede romperlo.
Es infatigable, y nunca descansa, ni siquiera cuando lo destrozan".


- Bandolero, dime qué es.

- Te lo diré otro día gitana de labios gruesos, porque ahí viene la Guardia Civil...

Y jamás volvió a verlo. 

"Y hay que callar,
si el corazón nos pide escuchar..."

(Apalanke - Puñaos de mierda)

jueves, 14 de abril de 2016

Oral

Escribía de manera frenética en el ordenador, con tanto ímpetu que parecía que las teclas iban a saltar volando en cualquier momento. En su cara el estrés y las ojeras, detrás del cristal de unas gafas de pasta. Las uñas pintadas de un granate oscuro y el descontrol de haberse desmaquillado a medias y con prisa. Respiraba agitada.

Él se aceró por detrás sigiloso y la besó en la mejilla mientras apoyaba sus dos manos en sus hombros. Era uno de esos momentos en los que no hacía falta decir nada. Masajeó un par de veces los omóplatos y le dijo que la cena estaba lista.


Después de cenar se tumbaron un momento en el sofá y la abrazó fuertemente. "Sé que hoy no es un buen día, pero relájate diez minutos. Cierra los ojos, túmbate y disfruta".

Comenzó besándola suavemente en los labios, después la mordió un poco el labio, mientras sus manos comenzaban a recorrer su cuerpo por debajo del pijama. Bajó besándole en el cuello, con besitos pequeños, de esos que hacen que se te erice el vello, y de ahí hasta morderle la oreja mientras notaba cómo se excitaba poco a poco.

Sus manos bajaban poco a poco por su tronco, jugando con sus pezones, deslizándose hasta sus caderas, y a aquel culo redondo que tanto le gustaba. La ropa sobraba. Ella disfrutaba, y parecía que todo el estrés acumulado desaparecía. La empezó a desnudar, mientras con su mano derecha exploraba el tesoro que guardaban sus piernas. Se lamió los dedos mirándole a los ojos y se los restregó por la vagina antes de introducirlos poco a poco. En ese momento le mordió con malicia los pezones, y pudo escuchar cómo se escapaba un gemido de su boca.

Le miró a los ojos mientras metía cada vez un poco más hondo y más fuerte sus dedos. Ella le miraba excitada. Él acercó su boca a la suya, sacando la lengua por fuera y jugaron con ellas por fuera. Él apretaba con más fuerza dentro y ella lo notaba dando sacudidas y abriendo la boca y cerrando los ojos.

Volvió a besarle el cuello, y bajó poco a poco, chupó sus pezones y bajó dejando un reguero de saliva por su ombligo, hasta llegar a vulva rosada, hinchada y chorreando flujos. Comenzó a saborearlo, introduciendo su lengua poco a poco, lamiéndolo con fuerza desde fuera, mientras sus dedos seguían haciendo prospección dentro de ella.

Ella se excitaba cada vez más y apretaba su cabeza contra sí, pidiendo más y más. Él lo notaba y sonreía mientras le miraba a la cara. Eso hacía que la libido le subiera aún más. Con una mano rodeaba su muslo y empujaba hacia arriba sus pliegues de piel, dejando ver el clítoris. Él lo chupaba con la punta de la lengua, jugando a dibujar sobre él.

Sus dedos se movían cada vez más deprisa dentro de ella y su lengua. Ella gemía y encorvaba su espalda, sin querer que se despegara de ella ni un instante. Empezó a temblar poco a poco. Gritaba cada vez más y más. Sus piernas abrazaron su cuello. Su columna parecía ir a partirse. Gritó fuerte echando la cabeza hacia atrás y cayó desplomada hacia atrás, con los ojos en blanco sin parar de decir "joder, joder, joder, joder".

Sus piernas se tambaleaban, su respiración se relajó.

- Creo que ahora puedes seguir trabajando, princesa - dijo él.

"Todos nos merecemos a alguien que nos quite las penas con una buena dosis de sexo oral cuando tenemos un día de mierda..." - (Arri).  




Ambigrama

Sé que me odias, y no te culpo por ello.

He resucitado todo aquello que un día creíste extinto y soterrado. Lo que guardaste en un cofre bajo llave, envuelto en acero, bajo tres capas de cemento y dos metros de tierra.

He conseguido que vuelvas a sonreír, que te brillen los ojos, que sientas que la magia existe por un momento, que te preguntes por alguien más que por ti misma, que pienses y reflexiones. Que sientas ilusión por algo más que llegar viva al final del día.

Sé que me odias. Y yo a ti también. Por dejarme hacerlo y creérmelo, por un instante.

"No llegué a saber la verdad nunca, pero sí sé
que a veces me odio, y luego se me
pasa, sabiendo que llegué a olvidarme contigo". 
(Arri)

Da igual como lo leas, del derecho o del revés, significará lo mismo, con el texto, exactamente igual, tú o yo.


miércoles, 13 de abril de 2016

Ícaro

Ella me dijo que el amor era una cárcel, que era ponerle barrotes a una vida llena de luz y libertad, que era encadenarse a alguien y condenarse a cambiar, que estaba segura que cercenarían sus alas a la más mínima oportunidad, y que le impondrían yugos y grilletes con sabor a monotonía.

Yo me encogí de hombros y la miré a los ojos con comprensión.

Y le dije que quizás, su problema no fuera el amor en sí, sino quién y cómo la habían amado. Que no era renunciar a la libertad, sino compartirla. Que no era cercenar sus alas, sino limpiarlas y encerarlas. Que quien te ama lo hace más por tus defectos que por tus virtudes...

Que los grilletes y los yugos serían un espejismo si decidía volar agarrada a mi espalda...

"Sólo hay algo superior al placer de contradecir a tu razón,
el dolor al reconocer que tú te equivocabas".

(Arri)


lunes, 11 de abril de 2016

Peligrosa

Sé que la escuchaste. Primero se acercó suavemente y te susurró al oído. Después llamó al timbre, y acabó golpeando con tal violencia a tu puerta que despertó a todos. Ella era tú razón, ellos eran todos tus fantasmas y recuerdos, las experiencias vividas en un pasado lejano y no tan lejano.

Y sin embargo, has mirado por la mirilla de la puerta de tu conciencia, y has abierto tímidamente, con el pestillo y la cadena echadas, apalancándola con un pie en forma de cuña.

Le has preguntado qué quería, sin invitarla a pasar. Entonces se asomaron los vecinos, los vestigios de tiempos pasados disfrazados de experiencia, o de enseñanza. Uno a uno fueron abriendo las puertas de par en par, mirando curiosos observándola. Quería pasar y aconsejarte. A pesar de todas las veces que le negaste el paso, o un vis a vis rápido, seguía allí. Rumiando el futuro, ese futuro, que tarde o temprano se acaba escribiendo con la sangre de los corazones heridos.

Y tú, decidiste cerrarle la puerta, una vez más.

"Nadie cae al abismo sin haberse acercado antes a la orilla"

(Anónimo)


domingo, 10 de abril de 2016

Qvixote

Después de haber estado follando un par de horas, en un breve impasse entre el segundo y el tercero, se ha quedado dormida sin quererlo, abrazada a mí. La respiración calmada, el sudor de su piel secándose y la tranquilidad reflejándose en su cara.

Yo he cerrado los ojos un momento y mi cerebro se ha puesto a dar vueltas medio loco, después me he incorporado lentamente y me he vestido. La he visto dormir un par de minutos y me he ido sin despedirme.

Quizás mañana me eche de menos, o quizás se alegre, o extrañe sólo el calor de mi cuerpo. Quizás mañana se dé cuenta de que no siempre uno puede tener lo que quiere, ni quiere lo que tiene, que a veces la diferencia entre el placer y el dolor es una delgada línea, y que lo que uno desea muchas veces no es, ni por asomo, lo que uno necesita.

"No son molinos, son gigantes... No son gigantes, son mis miedos"

(Arri)

Tarde o temprano, todos entraremos en la afrenta con nuestros miedos.



viernes, 8 de abril de 2016

Al alba

Le dije que era la primera vez que me pasaba, que nunca jamás me habían besado así, que con sólo mirarla notaba mariposas en el estómago, que era mi primer pensamiento de la mañana y mi último de la noche. Le dije que no había disfrutado con nadie tanto como con ella ése primer polvo.

Le dije que la llamaría al día siguiente.


Y ella se fue sonriente, y yo rezaba para que no se acordara de mi nombre, ni de mi dirección, ni de la cama que se quedó encharcada en flujos y sudor. 


"Lléname dos vasos de besos, 
y deja que descubra tu sonrisa 
en el fondo de cada uno de ellos..."
(Arri)


miércoles, 6 de abril de 2016

Desvelo

Mis pensamientos llevan alas y luces de colores, como una feria ambulante, y son los que se cimbrean alegres cuando cae el sol y me meto en la cama. Son los que agitan mi calma, como la sirena de los coches de choque, con la bocina que indica que tu turno ha acabado y que comienza el del siguiente.

Las noches se hacen largas, y veo el despertador avanzando como una apisonadora, aplastando sin compasión los segundos y los minutos. Esos que querría perder y encontrarme al amanecer y gastarlos en cosas útiles.

O derrocharlos en leer un libro de poesía, dando un paseo al sol o masturbándome de forma indigna. Quién sabe en qué cojones gastaría mi tiempo.

Quizás mirara una vela, con la habitación a oscuras consumirse lentamente mientras escucho una canción antigua de Extremoduro, o quizás me metiera en la bañera rodeado de ellas, porque con poca luz, todos somos más guapos, menos tímidos y más sexuales.

Pintaría las palabras que llevan, sin ellas saberlo, todo el tormento que acompaña a los poetas, ése que se traviste de ser pasional, de corazón henchido, de Cupido, de tequieros y teolvidos.

O quizás, quién sabe, exploraría tu cuerpo, si me dejaras, descubriendo cada uno de sus rincones, buscando tus cosquillas, quedándome a dormir una noche diferente, en cada uno de tus lugares.


Pero mañana despertaré, sin saber tu nombre, sin saber si existes, sin velas, sin tiempo, sin libro de poesía, sólo escuchando una balada triste de Extemoduro...  



"He visto mis miedos más profundos en el remolino que se forma soplando los posos del café"
(Arri)


martes, 5 de abril de 2016

Woody Allen

Después de follar y habernos corrido, en ese momento excelso cuando los dos cuerpos caen desplomados en el colchón, mirando el techo y sin saber muy bien qué decir, fue cuando me lo contó todo.

Me dijo que mis besos aún sabían amargos, que mis caricias olían a ternura rancia y a punto de caducar, que la miraba sin pasión, que mientras me la follaba a cuatro patas sonaba en mi pecho un paraíso de fragmentos de un corazón roto, que las palabras anudadas a mi lengua le hacían cosquillas en los labios mientras le comía el coño, que el sudor de mi pecho supuraba desesperanza, que adoraba que le agarrara el cuello con rabia mientras la masturbaba fuerte con dos dedos porque así veía el verdadero animal que llevaba dentro, y que el sabor de mi semen le recordaba al final triste de una película de DiCaprio.

También me dijo que ella sería capaz de cambiarlo, con una sonrisa. Y yo le respondí, mientras jugueteaba con sus pechos turgentes:

- Mejor que sea con una mamada, porque como dijo Woody Allen: "El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores que he probado" .


Después la besé, y a la abracé, hasta que se quedó dormida, y yo miraba el techo, sabiendo que a la mañana siguiente lo único que quedarían serían los condones por el suelo, los flujos en las sábanas y las dudas esparcidas por todos y cada uno de los rincones de su habitación. 


"Cada noche intentaba matar los latidos que llevaban su nombre sin conseguirlo..."
(Arri)

lunes, 4 de abril de 2016

Puente de Tirantes

Hoy estaba sentado en la barandilla del puente de tirantes, viendo atardecer a lo lejos, con los pies colgando sobre el abismo y la última barra de la misma bajo mis hombros.

Me he sacado de los bolsillos un montón de recuerdos con alas y lo que me quedaba de corazón con un grillete y una bola de hierro.

Los he lanzado al aire a la vez para ver qué pasaba. Los recuerdos volaron alto y el corazón fue directo al fondo del río.

Pero, inexplicablemente, todos los recuerdos han bajado en picado hacia el corazón, y no le han dejado que se hundiera en el agua.

Después, han venido a mí, y me han entregado el corazón, no sin antes exigirme una hoja de reclamaciones y abrir diligencias por una tentativa de delito imprudente junto con una misiva: 
eres lo que eres gracias a nosotros, y no sabemos vivir los unos sin el otro.


"Algún día, el corazón dejará de supurar palabras sueltas e interrogantes malditos..."

(Arri).



domingo, 3 de abril de 2016

Frágil

Fue un súbito punto y final.

Me dijo que tenía miedo. Que en su cabeza empezaban a saltar todas las alarmas. Que en su estómago estallaban mariposas de colores. Que temía ilusionarse y volver a estrellarse. Que todo parecía ser demasiado bueno. Que todo era falso y que prefería no creerme. Que no era yo, sino ella. Que no desapareciera (del todo) que aún así...

Y yo, sonreí.

Me desabotoné la camisa muy lentamente y la tiré al suelo. Le enseñé las cicatrices del pecho, las de las quemaduras del miocardio, la de las saetas y las balas. Le cogí la mano y se la pasé sobre el costado, donde aún guardaba los recuerdos de las explosiones de los cócteles molotov de sentimientos. Me giré y le di la espalda, para que comprobara cómo los latigazos, autoinfligidos, habían hecho abrirse la carne, y casi desprenderse del hueso.

Ese había sido el precio que había pagado por amar rápida e intensamente.

Después la miré a los ojos y le dije:
- Si crees que esto es fácil para mí, te equivocas totalmente, pero aún conservo las ganas y el valor para volver a intentarlo. Algún día tendrás que afrontar tus miedos porque si no, no serás capaz de vivir.


Y me marché sin mirar atrás, con la sonrisa puesta y ningunas ganas de volver a atrás.   


"Y me di cuenta que sólo fui una salida de emergencia..." 
(Arrí)




viernes, 1 de abril de 2016

Kintsukuroi

No has entendido absolutamente nada de lo que te he dicho.

Sí. Estaré ahí. Sí, te levantaré cuando te caigas. Y sí, cuando todo salga mal no dudes, ni por un jodido momento, que serán mis dedos los que sequen tus lágrimas, mis labios los que te besen, y mis brazos los que te rodeen consolándote.

Yo estaré ahí pero esa batalla no puedo librarla por ti. Eres tú quien debe luchar, quien debe llegar hasta el límite, quien debe apretar los dientes gritando, quien debe experimentar ese dolor tan intenso que te hace vomitar, quien debe sentir cómo tu alma y tu corazón estallan en mil y un pedazos.

Porque seré yo quien los una utilizando oro y besos, plata y caricias. Los japoneses lo llaman kintsukuroi, y yo ser yo mismo.  Quizás sea mi concepto más amplio de amar, o que, sinceramente, por fin me he dado cuenta de lo rematadamente gilipollas que soy, por eso he decidido no luchar por nadie.  

"Creo que el ser humano se perdió el eslabón de la evolución que le permitía alejarse de aquello que le hacía daño"  (Arri).




A los diez mil millones de cobardes que hacen mi existencia en este mundo más valiosa