lunes, 25 de marzo de 2019

Braille

Supongo que alguna vez os habrá pasado. Como en la novela que escribía Ricardo Darín en el Secreto de sus ojos, algo tan perfecto que puede parecer totalmente irreal. Casi como en una película antigua de esas que todos recuerdan con imágenes pero no con títulos, como ponerle rostro a una obra de arte desconociendo su autor.

Sí. Los milagros existen. Y también el éxtasis (y no en pastillas). 

La certeza de encontrar todo lo que buscas detrás de unos párpados y un bonito acento norteño. La complicidad de dos miradas, la fuerza de dos manos apretadas, la sonrisa pícara tras un arqueo de ceja y un ademán con la cabeza, una conversación intensa detrás de una cerveza, y ver cómo van brotando, sobre ella, como las burbujas de la Estrella, puntos comunes que dibujan un futuro en braille. Algo que los ojos no son capaz de ver, y que hay que aprender a leer con las manos y el corazón. 

Y dar gracias a la suerte, a Dios o al Diablo, por haberte puesto en mi camino, ahora nuestro.

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"Y que un abrazo sea capaz de sanarte el alma..." (Arri).


 




martes, 12 de marzo de 2019

Juan Simón

Venía alegre silbando por la calle, vestía de verde esperanza y gastaba gafas grandes y oscuras. La tez más blanquecina de lo habitual, y saludando, como siempre, a la dueña de la tienda donde solía comprar el pan. Traía bajo el brazo un caja de madera, donde a cada paso, resonaban y titilaban, chocando entre sí los objetos que portaba dentro. 

Se paró en aquella puerta, sacó de su bolsillo, una nota y la dejó encima. Tocó tres veces al timbre, y marchó corriendo. Ella abrió la puerta, abrió la caja y lo leyó. Con una mano en la boca, y la otra en el papel, vi cómo brotaron de sus ojos dos gotas, que con el rímel parecieron dos galgos ahorcados. 

Y dentro sonaban, acariciándose entre sí, trozos negros de alma, de diamante sin pulir, y pequeños cantos rodados, fragmentos de un corazón de piedra que el paso del tiempo se encargó en mellar. 

"Y como en una mano llevaba la pala,
y en la otra el azadón, la gente le preguntaba,
¿a dónde vas Juan Simón?
Soy enterrador y vengo, de enterrar mi corazón". 

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lunes, 11 de marzo de 2019

Lección de vida

Ni una foto de los pies mojándolos en la orilla, ni un rooftop en Madrid, ni un selfie en Gran Vía, ni los cócteles y las shishas. Nunca jamás un trending topic o un influencer. Siempre huí de la superficialidad después de haberla abrazado fuerte. Y aprendes. 

Te das cuenta que la forma en la que más bella es una mujer no es enseñando escote sino sujetando un libro, que para un polvo te sirve cualquiera pero que para compartir momentos la cosa cambia. Que más vale disfrutar el momento a postearlo. Que una Estrella en Sada puede saber igual que un Möet Chandon en París. Que si tienes la suerte de conocer a alguien que consiga que la sangre fluya a borbotones por tus venas tan solo con mirarte, debes cuidarla. Que el querer, por muchos rostros que tenga, es ciego. Que en estos tiempos que corren la locura es un bien pasajero. Que exprimiría cada segundo con las palmas de mis manos para pasar eones contigo...

Que la felicidad ni se compra, ni se pide, se lucha y se vive. 
Y que desde que tatué el dolor en mi cuerpo, me volví invencible.

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martes, 5 de marzo de 2019

Lincoln, A.

Lincoln escribió: "Casi todos podemos soportar la adversidad, pero si queréis comprobar al carácter de un hombre, dadle poder". 

Elegir es el punto central de la vida. Elegir unas cosas y rechazar otras. Asumir que la gran mayoría de nosotros no llegaremos a "tenerlo todo" jamás en la vida. Y es que, parece que nos han lavado el cerebro para conseguirlo todo a cualquier precio, sin importar el medio, teniendo en cuenta sólo el fin. En un torbellino de mierda volante en el que el ombliguismo y el analfabetismo reina, como diría Quintero, "la clase dominante que siempre será dominada". 

Y no hace falta darle poder subido a un estrado, ni una maza con una peluca, ni un escaño de Eurodiputado. El carácter de un hombre se discierne en sus elecciones. 

Es por eso que sonrío cada vez que te miro. Por ser diferente, muy lejos de lo convencional, siempre presente y atenta, capaz de sorprenderme en cada instante. Cercana y comprensiva. Con la mirada llena de dulzura y lujuria a la vez, con el semblante serio autoexigente, y la sonrisa traviesa de un sábado por la noche. Con al inteligencia del que calla por no ofender, y la chispa en los ojos de inquietudes por resolver.

Ojalá te miraras a través de mis ojos, estoy seguro de que te sorprenderías.

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