jueves, 28 de diciembre de 2017

Eternidad

Me miró fijamente a los ojos, tan intensamente que podía notar cómo, con sus dedos acariciaba cada pedacito de mi alma rota y cómo los giraba, intentando encajarlos entre sí para formar un todo completo.

Yo le susurré al oído que era un juguete roto, y viejo, y abandonado.

Ella me besó la boca y me llamó tonto y necio, mientras atusaba mi barba. 

"Tienes algo indestructible justo aquí"-y tocó con delicadeza con su dedo índice el lado izquierdo de mi pecho. "Está viejo y oxidado, rechina y enmudece cuando quiere, pero aún late, y quiero que sea mío. Prometo curarlo, y cuidarlo con besos, engrasarlo con mi saliva y flujos, y ser la única que pueda llegar a tocarlo".

Después dejo caer su vestido al suelo, me arrancó la camisa y me mordió el cuello. Agarré sus senos  y a horcajadas se sentó sobre mí. Recorrí cada centímetro de su piel con mis manos, exploré cada arruga, cada lunar, cada pliegue corporal, me enamoré de su mirada, y de la sinceridad que escupían sus sonrisas, de la ternura de sus caricias y la lascivia que emanaba de sus ojos mientras, desnuda, se mordía el labio inferior.

Y en aquel momento fuimos uno, uno para toda la eternidad.


martes, 12 de diciembre de 2017

Sunshine & Gunpowder

No preguntaste si había hueco, o si estaba ocupado. 

No te importó el desorden imperante, los restos de sangre, los impactos de bala, el olor a pólvora quemada, ni el ruido metálico de los casquillos rodando por el suelo. 

Entraste a fuego, encarando el alma, cargada hasta las trancas, con la luz de tu mirada alumbrando cada rincón, disparando palabras y besos y saliva, escupiendo versos y palabras sinceras, rompiendo recuerdos, con la prestidigitación de abrir condones en los rincones más oscuros. 

Entraste sin remordimientos, sin mirar atrás, sin preguntar si quería tu presencia o tu compañía, haciendo un butrón en el ventrículo izquierdo y haciendo allí tu morada.

Y no me preguntaste nada. 

Y allí te quedaste por siempre, mientras suena la nana de otro verano...


Hueles a pólvora y a rayos de sol... (Deeks, NCIS LA)

martes, 5 de diciembre de 2017

Saint Aquino

Han intentado doblegar mi voluntad.
Me han maltratado y sigo vivo.
Encontré a mi suerte en un party gang bang rodeada de mis peores enemigos.
Cercenaron mis alas a golpe de martillo.
Quisieron que me rindiera.
Me hicieron llorar.
Y sangrar.
Y hasta mi obligaron a arrodillarme.

Pero…

Me cansé de poner la otra mejilla. Desaté la violencia del huracán. Golpeé con los nudillos y partí dientes, con los codos, las sienes. Mordí y desgarré su carne. Aplasté su cabeza y oprimí sus ojos hasta que explotaron.


Y no quedó ni uno vivo. Todos murieron. Todos mis demonios.