martes, 27 de noviembre de 2018

Furacán

A veces somos un estado de ánimo. Otras, una sombra, imperceptible para el resto de la humanidad. Mi sensación, es que todos somos, o tenemos, una pequeña llama en el interior, ínfima, el tierno fruto de una chispa, que espera, incandescente entre la yesca, suspiro para crecer.

El viento de un suspiro, como el luscofusco del atardecer, pura magia que se transforma en un acelerante, en material inflamable, en el sentido de la existencia. El mismo que se torna refugio en la tormenta, que protege y cobija cuando la lluvia jarrea y el cielo truena y relampaguea.

Ese mismo viento que arrecia sobre cada centímetro de mi piel, y que se vuelve tempestad barriendo a los poetas de mierda de las aceras, haciendo que cumplan sus promesas: "Moriría por ti". Procede cabrón. Yo viviría por ella. 


"Ayer quise hablar con mi yo de hace diez años pero se negó diciendo que no hablaba con extraños" (Piezas)






miércoles, 21 de noviembre de 2018

Moraleja


Recuerdo cómo con quince años nos tirábamos por los cortados de la Labranza El Alto, con unas bicis de montaña que apenas frenaban, con un casco que nos quedaba grande y sin miedo a despeñarnos. Cierto es, que alguna vez hubo un susto, algún derrape y llegar a las doscientas pulsaciones quedándote a escasos centímetros de una caída de diez o doce metros.

Años después, he vuelto a subir a aquella cima, y he vuelto a asomarme a aquel precipicio. No había cambiado nada, mismo terraplén, mismos saltos y misma caída, pero me he negado a bajar, autoconvenciéndome de que para hacerlo, habría que estar loco.

Entonces, ha sido cuando me he dado cuenta de lo peligroso que es hacerse viejo y volverse un cobarde, dejando que los miedos te dominen. ¿Cuántos quisieran volver a esos quince años? Yo lo tengo claro.

Elegiría volver a vivir sin miedo.


"Los pies al filo del barranco..." (Soge Culebra).

domingo, 11 de noviembre de 2018

Mimo


Llegará un momento en el que las palabras carecerán de sentido, se sellarán los labios, estallarán los verbos, se suicidarán los pronombres, implosionarán los adverbios, y aquellas palabras carentes de sentido, como los tequieros, empezarán a cobrar significado.

Hablarán los ojos, cuando sentados frente a frente, descubra los nuevos colores de tu iris, cuando las midriasis de las pupilas supere al rubor de la vergüenza. Las manos comenzarán su discurso con caricias, recorriendo cada surco, explorando los desiertos de la piel, los lugares más recónditos donde nadie antes llegó jamás. Se crearán nuevos recuerdos con cada gota de esencia con el hedor del sexo sucio y la colonia sin marca. Bailarán nuestras cabezas la danza secreta de las serpientes antes de que el son del rock and roll nos incite a besarnos.

Y entonces, las palabras mudas, cobrarán sentido.



"Lo único que temo perder en la vida es tiempo,
no le temo a caminar por donde pueda caer,
claro que le temo a que mañana cambie el viento,
pero el miedo no va hacerme nunca retroceder"
Gritando en Silencio - Como si no hubiera nada más.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Esencial

De un frente a frente, de un ombligo a ombligo, de la simbiosis de dos labios sedientos pasamos al entrelazar las manos en un estado narcoléptico. Sin estar demasiado atentos, sin ver demasiado bien con los ojos, descubrimos nuevos paisajes sobre la piel.

La rugosidad de las cicatrices sobre la espalda, o el alma, el tacto diferente, como si una carcoma invencible nos hubiese consumido por dentro. Un síntoma, o una enfermedad. Un dolor tan intenso que hiciera que la carne se plegara sobre sí, y nos disfrazara de saurios de sangre fría y tez impenetrable. La belleza más pura mostrando la cara más amarga del fracaso.

El saber que lo más esencial, es, a veces, imperceptible a los ojos. Que es necesario cerrarlos, escuchar los latidos colocando la cabeza en el pecho, respirar el mismo aire, y recorrer con caricias cada una de las bregaduras que el paso de la vida dejó en nuestros cuerpos, para así, llegar a comprender por qué a veces, el Edén no está tan alto, ni el Infierno tan profundo. 


"Yo cogí mis alas rotas y las guardé como un tesoro,
el tiempo lo cura y a la vez lo mata todo"
(Locus ft Dante)

viernes, 2 de noviembre de 2018

Luna


Pasar de contar estrellas en el balcón a salir a encontrarlas. Caminar buscando una luna que ande sola como cantaba el Robe. Dejar de apuñalarme el vientre tres veces al día.

Encontrar una paz sustancial en el valor de una caricia o de un beso.

Pensar demasiado poco, tener demasiado miedo. Sentir cómo el prisionero de entre las costillas muerde los barrotes, el sabor metálico en la boca, y esa extraña sensación de volar sin alas. El vértigo del abismo, el barranco de tu cintura, morderte un labio, cerrar los ojos. La tormenta descargando, y preparar veinte puntos de sutura nuevos, por si las moscas, todo por el placer de saber que…

…piel con piel, se duerme mejor.



"De un acierto hago un disgusto y de un disgusto un carnaval..." (Noprocede)