sábado, 25 de diciembre de 2021
Reyes
lunes, 13 de diciembre de 2021
Trébol
Con el paso de los años me he dado cuenta que disto bastante de ser normal. Puede que antes fuera algo que llegara a incomodarme, y sin embargo, ahora disfruto a cada instante con ello. Pocas cosas me producen más placer que llevar la contraria al mundo, que hacer lo que nadie espera, que ser alguien totalmente diferente al resto. Un tipo extraño. Y creo que han sido esos pasos los que me han llevado hasta tus pies, hacia el altar de tu vientre en el que me arrodillo para rezarte con lengua y saliva.
Desconozco el motivo, si es el destino, la casualidad, Dios, Satanás, Buda, el hilo rojo, el baile cósmico, el big bang, la Santa Muerte o algún héroe de anime japo. Lo que sí te puedo asegurar, es que cuando estoy contigo tengo que ponerle correa a las horas y un bozal al despertador, porque echan a correr sin ningún tipo de freno y en cuanto me descuido, me amartillan la cabeza despertándome para ir a trabajar. Y sonrío, al verte caminar por el piso, o al caminar escaleras abajo para despedirnos, porque me siento un cabrón afortunado.
lunes, 6 de diciembre de 2021
Gran Vía
Es curioso cómo estoy ahora. No tengo esa sensación de incertidumbre, el miedo a cagarla, la sensación de tener que usar palabras medidas, ni de sentir las
coacciones indirectas. Sencillamente, dejar atrás lo políticamente correcto y ser capaz de
soltar desde el piropo más bonito a la sordidez más grande. Proponer cualquier
plan y hacerlo, olvidarse de que todo sea perfecto, hacer que sea real. Tirar
por un precipicio el pasado, los desasosiegos, los miedos y recuperar la
ilusión de un infante.
Mientras tanto, se han caído las hojas del calendario sin
darme casi ni cuenta, entre cervezas y risas, entre caricias y polvos, entre
confesiones de amor veladas, salvajes y a la vez tan tiernas, entre la
muchedumbre de Sol y Gran Vía, entre el frío de la calle y el calor del bajo
vientre, entre sudores y miradas y mordiscos lascivos…
Se ha pasado el mes de noviembre contigo, caminando desnuda por mi casa y sin ganas de que te marches.
"Y desde las montañas de su cuerpo pude ver los retales de mi vida" (Arri).
lunes, 29 de noviembre de 2021
Darwin
lunes, 22 de noviembre de 2021
Chaplin
Es difícil de explicar. No es una cuestión de valentía o audacia, o una temeridad desmedida. Puede que en algún momento de mi vida pudiera identificarlo como un manifiesto desprecio a la estabilidad emocional, pero no hoy, no ahora, no con ella. He pensado en intentar explicarlo todos con palabras, desde la distancia de las horas, desde la soledad de un escritorio, cuando las emociones se han apaciguado, cuando la sangre ha desinflado cuerpos cavernosos y ha retornado al encéfalo. Y, creo, que por primera vez, no soy capaz de describirlo.
Podría leerme el diccionario de la RAE entero, y con todas esas palabras, no sería posible escribir cuatro líneas y que me comprendierais. Probablemente, ni tan siquiera una. Y si yo pudiera, dudo mucho que lograrais entenderlo. Por eso, creo que esta vez me quedaré mudo. No intentaré describir nada, ni perder mi tiempo en explicar algo que tan sólo los más románticos sean aptos de descifrar.
La sensación de estar mirándola a los ojos mientras follábamos a la luz de una vela.
"Pasó de ser la razón de mis desvelos al motivo de mis sueños más tranquilos" (Arri).
lunes, 15 de noviembre de 2021
Colón
Un Jackdaniels, un hielo, si puede ser el Single Barrel, mejor. El otoño se ha evaporado entre los dedos, hace un frío de cojones. El viento helado corta mi cara, cada vez menos expuesta por el vello facial. Hay incluso ciertos guiños a una barba de talibán, pero cuidada, será por eso que ayer me pararon llegando a casa y me pidieron la identificación. Miro el licor, desde detrás de la chupa negra de borrego.
Sonrío, mientras me paso la mano por el rostro y niego con la cabeza. Dentro de ella, un volcán de pensamientos y emociones. Y mi sonrisa contenida, la cara de tonto, aunque el cansancio se empeñe en apuñalarme la cara con crueles ojeras color malva y una apariencia de haber salido de un estercolero. Da igual, una imagen sigue dentro, dando vueltas, orbitando mi mente, preponderando al resto de circunstancias vitales. Una voz muy viva, un testigo de un intenso y corto fin de semana donde las calles de Madrid se fueron iluminando ante nuestros pasos, y la promesa de dos extraños que se besan en Colón: Sentiremos de todo, menos miedo.
Apuro el bourbon, dos tragos. Y pienso en cómo explicarle al que late dentro que va siendo hora de quitarse la armadura...
"De todas las flores que nacieron del vergel de mi difunto pecho, la más bonita, llevaba tu nombre" (Arri)
viernes, 12 de noviembre de 2021
El Payés
sábado, 6 de noviembre de 2021
Amores perros
A menudo escucho esa pregunta recurrente y manida, "¿Tú prefieres perros o gatos...?", que busca una especie de respuesta absoluta y extracorpórea, como tratando de encontrar una conexión sideral a través de los animales. ¿Por qué no un hurón? ¿O una tortuga? Jamás tuve mascota, propia, al menos, si bien conviví con animales, de dos y cuatro patas, y sin duda alguna, respondería que definitivamente sería un perro, como un dogma de fe.
Ahora mismo, puedes verme atemorizado en un rincón, casi meándome encima, viendo una mano acercarse. No me malinterpretes. No sé si me vas a pegar una hostia o no. Sólo sé que las anteriores a ti lo hicieron. Por eso no mantendré la mirada, ni te miraré fijamente. Lo haré de reojo, buscando una salida cuando el bofetón llegue. Tengo miedo ante tus pasos, que, decididos, avanzan hacia mí. Después, has bajado hasta mi altura y me has tendido tu mano. Casi entro en pánico, pero al final, no me ha golpeado. Se ha quedado quieta a unos centímetros. Yo me he girado y la he olfateado. Desprendía un olor maravilloso, a mujer y a cariño, y me ha recordado al mismo dolor que sufrieron mis costillas. Has posado tu mano sobre mi rostro, acariciándome con el dedo pulgar, como esa sensación que casi había olvidado, mirándome a los ojos, transmitiéndome confianza y paz. Creo que has notado cómo mi espíritu cambiaba, un poco, y te miraba obnubilado. Sonreías. Estabas preciosa, con tu pelo largo y negro, esos ojos penetrantes y labios carnosos. Posaste tu mano en mi pecho, rascándome, y me dijiste "¡Vámonos de aquí!", y yo, no sé muy bien porqué, decidí dejar mis miedos aparcados y correr a tu lado.
Claro que somos ese perro, porque no importa los palos que hayamos recibido, nunca nos negaremos, aunque al principio desconfiemos, a encontrar de nuevo ese cariño que nos haga volver a sonreír.
"A veces, estamos esperando una hostia que no sabemos si algún día llegará..." (Arri).
miércoles, 3 de noviembre de 2021
Maravilla
Fuera llueve y ha empezado a hacer ese frío que se convierte en preludio del invierno, como el primer vaho saliendo de la boca al hablar. Como si por un instante enero hubiese llegado a las calles de Madrid, heladas y empapadas bajo la lluvia. Y tú y yo, empapados por dentro, conteniendo una pasión quinceañera desbordada, cuando ya pasamos los treinta. Como las musas de un sueño erótico, mordiéndonos los labios, arañándonos, maltratándonos en el mejor de los sentidos.
Se escuchan las gotas golpear contra la persiana, bajada, y entre las luces de dos candelas el aire se ha hecho denso, huele a sexo y a fluidos, a placer intenso, a gemidos y a sudor, a pecados cometidos sin ningún pudor ni resquemor. Las bocas se abren, los ojos se cierran, justo antes de llegar juntos al orgasmo, y un instante después, nos quedamos quietos, mirándonos a los ojos, pensando que podríamos acostumbrarnos a esto. Yacemos desnudos, y como por inercia, buscas mi pecho y yo tu espalda para acariciarte.
"Fóllame tan fuerte que mis miedos salgan corriendo, acojonados" (Arri).
lunes, 1 de noviembre de 2021
Otoño
Un paso atrás para coger impulso, un salto al vacío, la sensación de ingravidez y la aceleración de camino al suelo. Todos esos pensamientos que pasan por tu cabeza conforme la velocidad aumenta, recordarlos y abrazarlos, y, sin embargo, no tener miedo al impacto. Es más, sonreír y pegar los brazos al costado, girar el cuello hacia abajo y caer en picado, sin pestañear, sintiendo el viento en el pelo, apretando los dientes y los puños. Y justo antes de impactar contra el firme, despertar.
Casi sin alterarme. Sin sobresaltos. Como el que acepta la muerte como parte de la vida, la derrota como consecuencia del juego, los fracasos como una reminiscencia de las veces que se gana. Miro al techo. Con las sombras que dibujan las dos velas que mantengo encendidas. Pienso en que llegué al punto en el que prácticamente nada me produce miedo, y sin embargo, algo inquieta mis vísceras, algo que mi instinto no sabe identificar con nada concreto, quizás sea la incertidumbre vital. O quizás, sea la extraña sensación haber recuperado la capacidad para volver a tener ilusión.
"Si te mantienes en silencio mirándome a los ojos serás capaz de escuchar los latidos de un corazón de piedra" (Arri).
miércoles, 27 de octubre de 2021
Línea 5
Una vez más, el camino de vuelta a casa en metro, línea verde, entre el murmullo casi inaudible de la gente, noctámbulos o aves nocturnas o de paso, algunos de pie y otros sentados, ojos abiertos y otros cerrados, se intercambian palabras en diferentes idiomas, lenguas y dialectos, sexos y sexualidades. Yo sigo de pie junto a la puerta, reclino la cabeza hacia atrás, como el ateo que implora a Dios ante la horca, y respiro. O resoplo. Nunca supe diferenciarlo. Mis ojos se funden en los halógenos del techo, dubitativos, preguntando ¿sientes eso porque estás vivo?
Y el silencio me responde con el sabor dulce de tus labios impregnados sobre los míos y el recuerdo de su tacto suave, de los pequeños mordiscos que sus dientes me propinaban y que conseguían excitarme sin meterme mano. Sé que se ha roto el reloj y se le han escapado las horas y en un pestañear han sonado las campanas de medianoche. Sé que tiene algo. Indescriptible. Indescifrable. Indómito.
Un abismo en el que me pierdo cada vez que clavo mi mirada en sus ojos.
"Desnudémonos del todo y quitémonos hasta los miedos" (Arri).
martes, 19 de octubre de 2021
Suicidio
Hoy me he levantado saltando dos veces sobre el pie izquierdo, después de haber dormido boca arriba. Desconozco si lo hice por el patente dolor de brazos o era mi subconsciente queriendo que, como decía Kutxi, pintara tus ojitos en el techo. El olor a café, a molienda previa a su extracción, me ha despejado, y mientras me fundía con el humo que salía de la taza, lo he visto totalmente claro.
Voy a hacer un butrón en tu vida y a entrar haciendo ruido. Disparando
besos, lanzando granadas de poemas, plantando bombas de caricias,
secuestrándote el corazón sin pedir rescate por él. Voy a cambiártelo, y en su
lugar voy a depositar el mío. Sé que no te parecerá un gran cambio. Porque es
pequeñito y negro, y está roído y lleno de cicatrices, pero increíblemente
fuerte. Y lo mejor de todo, es que no tiene miedo ninguno al dolor ni a la
muerte.
Por eso corre ahora sin frenos ni lastres, directo hacia el
abismo, galopando la incertidumbre que dibujan cada una de tus curvas, hasta
llegar a la más bonita, la de tu sonrisa, dispuesto a suicidarse en ella, sin
preguntar si esto durará una noche o una vida.
"Sólo podrás de aspirar a todo cuando pierdas el miedo a quedarte sin nada" (Arri).
domingo, 17 de octubre de 2021
Mahou
Una vez más se han posado tus ojos en los míos y frente a frente nos hemos mirado, sin un ápice de vergüenza, sin un mínimo sentido de lo políticamente correcto, sin pestañear ni apartar la mirada más de dos segundos seguidos.
Otra vez tú has vuelto a decir lo mismo. Que soy como los demás, que todos los hombres siempre actuamos igual, que sólo pensamos con la polla. Que soy un chulo y un prepotente, que sólo respondo a un estereotipo ya manido acorde con mi profesión. Que sólo soy un cuerpo bonito y una sonrisa gris, unas ojeras violetas y unos ojos que son capaces de mentir mirando a los tuyos.
Y yo, he vuelto a descojonarme, dudando entre seguir bebiéndome la cerveza o mandarte muy educadamente a tomar por el culo. Después, he visto el pánico en tu rostro cuando te he dicho que debajo de armadura hay un corazón bonito de magma incandescente, libre de prejuicios y ataduras, dispuesto a latir y a morir por la causa adecuada.
"Se han llenado mis horas de desvelos con los olores de todas aquellas que se atrevieron a pronunicar mi nombre" (Arri)
jueves, 14 de octubre de 2021
The beast & The Harlot
miércoles, 6 de octubre de 2021
Juan Simón
Y así, con un mensaje frío, se añade la cuarta línea a una colección interminable de fracasos, que se escriben, con sangre sobre mi piel.
martes, 5 de octubre de 2021
La deriva
Cuando acabamos de follar nos quedamos mirándonos unos instantes, sentados frente a frente, en silencio, sin decir ni una palabra, con cara de bobos. Entrelazamos las manos para sentirnos más cerca. Desnudos. Sin prejuicios. Sin corazas. Con las cicatrices a plena vista. Llenos de valentía y a la vez totalmente indefensos. Besé su mano, sonriendo, antes de robarle otro beso más.
Sonreí plácidamente.
- Y yo lo voy a hacer, pero no te enamores de mí -dije con cara de tonto.
Me miró y sonrió, acariciándome la cara y me besó.
- Creo que hay veces que hay que dejarse llevar, y que ocurra lo que tenga que ocurrir -dijo antes de tumbarse y acurrucarse entre mis brazos.
lunes, 4 de octubre de 2021
Femme Fatale
- ¿Y tú? ¿Qué tienes que ofrecer? -preguntó desde detrás de sus gafas.
La miré detenidamente, como el que explora un mapa del tesoro. Me encogí de hombros y respiré hondo.
- El mal despertar del lunes, la apatía de los domingos, el ver llover desde detrás de la ventana acurrucados en el sofá, bailar en pijama saltando por la casa, una cena en un restaurante con estrella Michelín, un botellín en un bar cutre, de los de barra de aluminio y aceituna zapatera, de esos que están terriblemente fríos. Un refugio para los días de mierda, cogerte de la mano y salir corriendo sin dirección, un momento locura y un instante de seguridad, ser la cuerda y la cometa, la espada y el escudo, la parte más seria de tu sonrisa. Sacarte una sonrisa cuando te descuides, un apoyo y una polla dura mientras follamos en la ducha. La ternura de un beso en la boca entre polvos, un abrazo en la noche mientras respiro en tu pelo y mis dedos te hacen cosquillas por el costado. Pétalos de rosa y las luces tenues de velas por el suelo, una sonrisa pícara, un azote en el culo, levantarte en volandas y empotrarte contra la pared, mirarte a los ojos y decirte, que no sé cómo has logrado tocarme el alma si todavía no nos conocemos. Y quizás, lo más importante, un corazón de acero forjado que has conseguido que vuelva a latir, incandescente, bajo mi pecho.
Me miró con expresión de incredulidad, con la cabeza apoyada sobre la mano.
- ¿Y te consideras buena persona? -preguntó titubeante.
- Sí - respondí.
- Entonces el único problema que tenemos es que lleguemos a enamorarnos.
Y en ese momento me di cuenta de que, aunque no quería, iba a caer de nuevo.
jueves, 30 de septiembre de 2021
Kamizakes
martes, 28 de septiembre de 2021
Dundee Croc
Su olor, impregnando las sábanas como si una parte de ella hubiese decidido quedarse a hacerme compañía el resto del día, el olor de su perfume y a su esencia, ese olor a mujer, a juventud, a rebeldía, a tierra mojada, a calma que se transforma en tempestad, a fuego crepitante que se violenta, a salitre y a mar. Ella, ella huele a pólvora y a rayos de sol...
La huella de su alma en mi boca, de sus besos con el gusto a tequila y limón, a cerveza fría de barril, a chicle de fresa y hierbabuena, a lambada bailada con la lengua, a pasión contenida que de repente estalla en mordiscos ensalivados. Los recodos de su cuerpo, el sabor de su piel en mis papilas, el bocado en su cuello y el seguir degustado cada punto de su cuerpo, el pezón rosado, acariciarlo con la punta de la lengua, en círculos, besarlos y morderlos, continuar bajando por su torso, dibujando una autopista por su ombligo hasta llegar a lo más profundo de su ser. Mirar hacia arriba, ver cómo sonríe y se muerde el labio, me tira del pelo y me aprieta contra su cuerpo. Disfruto mientras la devoro y no deja de mirarme, mientras la observo y comienza a retorcerse, gimiendo, apretándome más fuerte contra su sexo, poniendo los ojos en blanco cuando estaba a punto de correrse...
"La pedí que me quitara la pena y me arrancó el corazón" (Arri).
domingo, 26 de septiembre de 2021
Selfie
Cuando le veas, mírale a los ojos y sabrás que está sonriendo a través de la mascarilla. No importa que esté lloviendo y él esté calado, ni que las ojeras le lleven a medio rostro o que las vigilias hayan esculpido en su rostro la parte más humana del cansancio, ni tampoco que lleve un día de mierda. Él lo disimulará, y te intentará sacar la mejor de tus sonrisas. Se esforzará más incluso si te ve apagada o marchita, o si estás en uno de esos días en los que no te soportas a ti misma. Quizás le encuentres moviendo el cuello o cantando en voz baja mientras teclea en el ordenador o levanta peso en el gimnasio.
Si consigues que se quite la mascarilla verás su barba tupida y las canas que se abren paso a través de ella, y podrás ver que pega con las mismas que tiene en el pelo, si no está muy alborotado, y le verás esbozando una sonrisa pícara, e igual arquea una ceja si le caes en gracia. Aunque por fuera parezca hosco, es todo corazón, aunque a veces gruña, aunque pueda llegar a ser terco y cabezota, no tiene maldad alguna. Tiene defectos y virtudes, y de éstas últimas, quizás la mayor sea la capacidad de reponerse, de sanar las heridas. Unas veces con el tiempo, otras veces con alcohol. Y sentirse orgulloso de todas y cada una de las cicatrices que tiene en el pecho por haber amado sin conocimiento, pensando que el término medio es para los cobardes y sabiéndose valiente, aunque después se llame tonto.
Ten cuidado si eres capaz de amarlo, porque puede ser adictivo. Podrías acostumbrarte a dormir en su pecho después de follarte tan sucia y dulcemente que perdieras la noción del espacio tiempo. Te sonreirá mientras recorre con su lengua tu torso desnudo y tus más profundos lugares, y te comerá la boca y hará que te corras. Después contará tus lunares, mientras te mira a los ojos, en ese ambiente en el que el aire se hace denso después de haber hecho el amor. Le preguntarás el porqué del tatuaje de su costado, y él te dirá entre carcajadas, que es demasiado pronto para que lo sepas. Tú querrás repetir, y él, sólo te pedirá que no juegues con los restos que le quedan de corazón mientras la conversación os lleva a una noche sin fin...
- Y cuando hayas acabado de leer esto, te darás cuenta que ÉL soy YO -.
lunes, 20 de septiembre de 2021
Square one
Alberto suspiró y se encogió de hombros, sin pronunciar palabra.
- Además, puede domesticar mis demonios y ponerlos una carlanca, entiende mis silencios, aprieta mi mano cuando tengo miedo, duerme en mi pecho y me abraza, sonríe con ternura y me transmite paz, disfruta el café de por las mañanas mientras se disimula las ojeras, esas marcas de perseguir los sueños. Nunca se rinde y cuando todo va mal frunce el ceño, aprieta los puños y lo intenta con más ganas, en sus ojos puedes ver que es una luchadora.
Él, se rascó la barba, haciendo una mueca extraña con la boca, dubitativo, e interrogó:
martes, 14 de septiembre de 2021
Eleanor Suits
Hay una vela encendida mientras que el resto de la habitación permanece en la penumbra. Se dibujan sombras, tras la llama tintineante mecida por el viento. Fuera llueve. Se escuchan las gotas caer, y los regueros correr calle abajo. Un uber en doble fila frente al hotel de los gabachos escuchando el Barça-Bayern. A lo lejos, el sonido de los coches pasando rápido por la calle Alcalá. Después el silencio, un extraño acompañante en Madrid.
El sonido de la paz y la calma, el de las madrugadas del lunes, el impasse entre latidos, ahora amortajados. El sigilo de mis pensamientos, al final atenuados o simplemente callados, o desterrados al olvido. Los rescoldos humeantes de una guerra provocada por unos ojos grises y una ruleta rusa apuntando al pecho que se desdibujan en el eje espacio-tiempo a la vez que recordaba...
El galope del bandido, el arriado de velas del pirata, los labios cosidos del poeta. Las salpicaduras de sangre sobre la pared de mi cuarto después de haber acribillado a navajazos mi propio corazón. El olor a sexo vacío y sin compromiso, sucio y placentero. El tacto pegajoso de sus fluidos en mis dedos. El mordisco en el hombro, y en el pezón, justo al lado del lunar. Una buena comida de polla. Ponerla a cuatro patas, tirarla del pelo, sacar el primate que llevo dentro. Follarla duro mientras me pide que la estrangule, mientras gime y se encorva su espalda, sus ojos se ponen en blanco y agarra con sus manos las sábanas, hasta que al final, entre espasmos, llega al orgasmo pidiéndome que no pare, reclamando para sí mi esencia más lasciva, queriéndose sentirla dentro, caliente, peligrosa, como un juego azaroso de amor y odio.
- Mañana madrugo -musité-. Es posible que te cierre el metro si no te das prisa.
"No necesito amor, sólo tu compañía..." (Recycled J & Cruz Cafuné)
Gym
Ese punto en el que te quedas absorto mirando la nada, sentado y sudoroso, sintiendo tus propios pensamientos sobrevolarte como buitres, con la mirada vaciándose por momentos y el heavy metal sonando a todo volumen en los auriculares. El momento en el que miras al suelo, o al reloj, pero nunca al espejo, como una muestra de estoicismo. En ese instante, sentí cómo se clavaban dos ojos en mi sien. Subí la vista y apartaste la mirada, casi con vergüenza, haciendo con que mirabas el móvil, pero tú me mirabas y yo te vi y te miré. No dijimos nada. Empezaste otra serie antes de que el moscardón de turno llegara a darte explicaciones de cómo hacer el preacher curl, que no te convencieron para nada. Intuí dulzura, pero no me quedé a verla ni a asegurarme de si existía.
Y aquella noche cené hígado, porque de lo que se come se cría y de tripas corazón.
jueves, 9 de septiembre de 2021
Septiembre
domingo, 29 de agosto de 2021
God & The Devil (Ángeles y Demonios V, fin)
[En el corazón de un hombre hay una lucha constante entre dos lobos: uno blanco y uno negro. La luz y la oscuridad. El bien y el mal].
Pasear por San Blas, como un madrileño más, intentando no escuchar ni uno solo de mis pensamientos, con los cascos puestos, absorto, concentrado en la música. Suena Ibiza de Juancho y Recycled J. Casi dan ganas de bailar. Detenerse en una terraza, yo solo, ensimismado, intentando reconectar con mi paz interior. Sentarme en una mesa y pedir una Grimbergen.
Y otra vez esas apariciones. Ahora me estaba tomando una cerveza con Morgan Freeman, vestido de un blanco impoluto, y con Tom Ellis, de riguroso negro de corte italiano. Me bebí media cerveza de un trago, observando cómo el mundo fuera se había quedado paralizado.
Les miré por encima de la espuma de la cerveza sin decir nada, con cara expectante.
Tomé otro trago de cerveza.
Suspiré y bebí lo que restaba. Tom se giró hacia Morgan y le miró con cara de incredulidad.
- ¿En serio? ¿En serio le estás diciendo eso..? Lo sabes perfectamente -dijo Tom-.
Morgan abrió los ojos y la boca con gesto de sorpresa, como si acabara de descubrir un diamante entre las rocas.
Un fénix. El símbolo de la inmortalidad y a la vez del dolor. El signo de todos aquellos seres que necesitan morir para volver a renacer. Envolverse en dolor y apagarse para resurgir de entre las propias cenizas con más fuerza y ganas. El encontrarse a uno mismo, golpeando la pared con los puños hasta que se astillen los huesos y la carne se muela. Odiarse primero, para ser capaz de quererte con todos los defectos y virtudes y ser capaz de querer al resto. Gritar y sacar la rabia de dentro, para encontrar un remanso de paz en el silencio, en el azul de tus ojos, en la serenidad de tus pechos. Latir fuerte e iracundo, desacompasado, y después hallar la calma en el impasse de dos latidos bradicárdicos.
Encontrarme a mí mismo, frente a frente, en el espejo, sabiendo de mi adicción a la autodestrucción y que llegues tú por detrás, sonriendo, me agarres de la cintura, me beses en los labios de puntillas, me abraces tan fuerte que se detenga el tiempo y me digas al oído las dos palabras más bonitas del universo: "Te quiero".
Sólo falta que aparezcas tú.
sábado, 28 de agosto de 2021
Raguel (Ángeles y Demonios IV)
Me despertó el sonido de trompetas, como si una banda de música tocara bajo mi ventana. Y de nuevo, otra visión como las anteriores. Semblante serio, mirada dura, cabellos rubios y alas doradas. Sus manos reposaban sobre una espada que permanecía apoyada en el suelo.
Empecé a notar un calor extraño por dentro, se me empezó
a nublar la vista y noté que perdí la conciencia. Hasta que volví a despertar
en mi piso de Madrid, entre sudores, con el ventilador puesto y la marca de una
mano en mi pecho.
"Que son mil abrazos que me han dado y ninguno me ha juntado, los pedazos que hiciste de mí..." (Ekko).
martes, 24 de agosto de 2021
Lilith (Ángeles y Demonios III)
A duermevela. En ese punto en el que empiezas a escuchar todos los sonidos que te rodean distantes, oí su voz. Me llamaba por mi nombre, y no supe distinguir si era una ensoñación o realmente estaba ocurriendo. Me miró sonriendo, el cabello pelirrojo, una belleza extraña y adictiva que hacía que no pudiera dejar de mirarla. De risa dulce y cara angelical y una serpiente enrollada alrededor de su cuerpo.
[Son las siete de la mañana, una hora menos en Canarias...]
Me levanté empapado en sudor. Incorporarme de la cama y pasarme las manos por la cara. Creo que debo dejar de tomarme el ZzzQuil y cambiarlo por dos chupitos de Jager o tres tercios de Alhambras verdes...
domingo, 22 de agosto de 2021
Raziel (Ángeles y Demonios II)
Apagarlo todas las luces. Poner música de fondo. Encender una cerilla y prender una vela. Quedarme obnubilado mirando la cera derretirse.
Se encogió de hombros y sonrió.
jueves, 19 de agosto de 2021
Amón (Ángeles y Demonios I)
martes, 17 de agosto de 2021
Entre tumbas (a goodman murder)
[Suena música de fondo Piezas - Sangre, sudor y páginas ] "... será que las desgracias nunca vienen solas y que por ello las balas acompañan a la pistola...".
Últimamente he tenido conversaciones profundas con mis demonios. Me lo advirtieron, confiar en tu instinto, sólo en tu instinto. Me venían a repetir la misma historia de siempre, sobre las inmundicias del ser humano y su podredumbre, de lo absurdo del amor y los sentimientos, de la bondad como lacra mundial, y casi, con todos aquellos tópicos eran capaces de componer una sonata. Sonata que sonaba con violines y un piano, con voz dulce de terciopelo y que escondía los mayores infiernos tras de sí.
Supongo que me aprendí la canción. Supongo que al final, por repetición, alguna de esas ideas se instauró en mi cerebro y germinó. Desde entonces, miro con desprecio a lo emocional, fruto de una transformación que se ha ido recrudeciendo con el tiempo. Es algo fácil de entender, y aún más de conseguir.
Sólo tendrías que coger a un hombre bueno y de comportamiento noble. Una persona diferente a las demás, que en lugar de ser capaz de matar por algo, sea capaz de morir por ello. Miéntele. Juega con sus sentimientos. Traiciónale. Haz que se sienta estúpido. ¿Recuerdas aquella frase, la de "no te conviertas en aquello que te hicieron"? Ignórala. Entonces habrás sido capaz de acabar con lo más precioso de ese ser humano, su esperanza y su ilusión.
Nunca juegues con el corazón de un hombre bueno...
o se convertirá en uno malo.
jueves, 12 de agosto de 2021
Lechowski
Ella era la soga colgando en mi patíbulo, meciéndose suavemente con el aire en las primeras luces del alba. La resaca de las últimas noches, el sabor a whisky con redbull, esa puta bomba de relojería que haría latir hasta al corazón de un muerto, un chupito de absenta y la quemazón en el pecho. Era el olor a petricor en una noche de verano, una brisa cálida en el mes de octubre, el olor a bizcocho recién hecho, una nana de cuna, el llanto de un bebé, el silencio de un difunto, unas rosas floreciendo en febrero. La canción que tarareas casi sin darte cuenta, un boleto premiado que no te saca de pobre pero te hace sonreír. La voluntad de sobrevivir del suicida, las ganas de morir por algo, la presencia que hacía el aire denso.
Ella era todo lo que cantaba Lechowski, todo lo que duele inspira.
Y mientras tanto, yo estoy en esta cornisa, mirando al infinito, haciendo equilibrio sobre un pie y dudando si tirarme de cabeza al mar de sus ojos o salir corriendo en dirección contraria. Las interrogantes que desfilan por mi espina dorsal como una procesión de orugas que acaban incrustándose en lo más profundo de mi cerebro.
martes, 3 de agosto de 2021
¡Que no!
Que no sea el miedo. Que no decida por ti. Que no sea él quien te domine. Que hagas lo que hagas, sea por tu propia voluntad. Que no elijas dentro de la vorágine de los "y sis". Que no te guíe, tampoco, el omnipresente dolor. Él siempre estará presente en tu vida y formará parte de ella de manera inexorable, haciéndote crecer, a veces a marchas forzadas y otras con toques de atención, para que aprendas.
Que no se junten esos dos sobre tus hombros y empiecen a susurrarte al oído. Que no te digan que las historias están escritas, y que según comienzan, así terminan. Que no te coman la cabeza con sus "dejà vú" de ilusionistas. Que no enlacen las experiencias vividas con tu realidad. Que no desdibujen tu presente con ecos del pasado, ni tampoco intenten pintar un futuro con la sangre seca de heridas cerradas.
Levanta. Reacciona. Vive. Olvida. Ama. Olvida. Quiérete. Ama. Respira. Sólo tú eres el dueño de tu destino.
"Hoy te miré y me perdí en la inmensidad del mar azul que guardan tus ojos" (Arri).
miércoles, 28 de julio de 2021
Nunca seré tuyo
Otra vez esos tambores de guerra.
Donde no hay lugar para la esperanza y la fe puso tierra de por medio. Donde no crece hierba, ni sentimiento y sólo graznan cuervos y grajas. Donde se cambia la sinceridad por el placer, y las mentiras son profundas y dichas a los ojos sin un ápice de titubeo.
Como una tormenta de verano estallando, empapándolo todo, con relámpagos iluminándo y truenos haciendo que el corazón se encoja a cada estallido, consiguiendo que las calles se limpien, como las almas de los zoquetes que como yo caminan a deshoras y sin paraguas.
Cuando se desaten gritos y golpes, y el sonido se amortigüe entre colchones y pestillos echados, y los muebles crujan hasta astillarse. Cuando los ríos de sudor lo empapen todo, y la sangre se acumule, casi hirviendo, luchando por contenerse dentro del cuerpo. Cuando las pupilas se dilaten y los puños se aprieten, como furia retenida, como rabia disimulada, como sábanas arrugadas.
Quien consiga cambiarlo. Quien tenga cojones a entrar en esta puta guerra de sexo entre almohadas. Quien venga armada hasta los dientes, dispuesta a llevárseme por delante, a troncharme el cuello obligándome a escuchar a otro corazón que late como el mío. Quien sea capaz de domesticar a todos y cada uno de mis demonios y también mis sentimientos, y decirme, cuando todo explote, que todo saldrá bien.
Sólo entonces, tendrás en la mano todo mi ser, y podrás decir que soy tuyo.
Pero lo dudo. Dudo de la valentía y de la confianza, dudo de los sincericidios postcoito, de los sentimientos que surgen a las pocas horas de conocerse. Observo mentiras veladas y dulces, y medias verdades, y el azúcar mezclado con cianuro de cada caricia y beso sobre mi piel.
"Y tú con tu boca en cualquier bar de copas, regalando besos, bebiendo la copa..." (Huecco y Kutxi - Idiota)
sábado, 24 de julio de 2021
Bestiario
[Un bisonte, un lobo y un tejón.
Ordenados por orden de tamaño, caminan por las laberínticas estepas de mi mente. No intentan devorarse, no se gruñen entre sí, siguen los pasos del anterior, con paso lento pero firme, determinados a no dejar de avanzar. Un trío extraño que se reunió la última vez que mi miocardio se cansó de latir y pidió expirar para dejar de sufrir, y que desde entonces se postuló como los guardianes de mis entrañas. La resistencia y la resiliencia. La esencia de mi ser. Lo único que permanecerá imperturbable al paso del tiempo. Un recordatorio, el reflejo de uno mismo. Una premisa y un objetivo. Los magistrados que juzgarán todos mis actos. Una guía, el sendero para encontrar la felicidad y no abandonarla jamás. La autenticidad].
Ella se giró hacia mí, atusándose el pelo y mordiéndose el labio, intentando provocarme. Con el pintalabios rojo y los ojos azules, intentando seducirme:
- ¿Qué más te hace falta para ser feliz...? - dijo mientras sus dedos acariciaban sus clavículas-.
Y yo solté una carcajada antes de contestarle:
- Yo ya soy feliz, no me hace falta nada.
[Algo se conmovió dentro de mis entrañas, el bisonte resopló cabeceando arriba y abajo, el lobo miró a la luna y aulló, y el tejón se quedó mirando, inmóvil, esperando otra contestación].
Ella abrió los ojos, con algo de incredulidad, y espetó:
- Entonces, ¿vamos a follar?.
- ¿Por qué no? - respondí.
Y el resto fue historia.
viernes, 23 de julio de 2021
La noche más corta
Lo que comienza con una conversación inocua entre unas cervezas o un vino a media tarde y acaba cuando los camareros empiezan a recoger las mesas. Que las palabras se vean interrumpidas por el sonido metálico de las cadenas recorriendo las mesas, apilándose, como lo hacen nuestras pupilas, segundo a segundo. El plato girando en la mesa con la cuenta, y el "lo siento, tenemos que cerrar" como un mantra repetido hasta la saciedad.
Recorrer las calles oscuras, desérticas, donde ni las ratas se asoman, donde el amor miró para otro lado cuando las piernas se abrieron en portales, donde Dios y el Diablo jugaron al póker con las almas de unos simples seres humanos. El ruido de tacones, atenuado por los callejones, gritaba menos que la sonrisa pícara en el portal, invitando a subir a casa. Asentir con la cabeza mientras el corazón empieza a bombear sangre. El placer de lo simple. Hoy vamos a follar porque nos apetece, porque podemos, porque no tenemos ataduras, porque estamos vivos.Y del resto. Es historia. Entre gemidos y sudores, entre orgasmos y temblores, en el descanso del cigarrillo y la copa entre polvo y polvo. Y ver despuntar el alba, y los tímidos rayos de sol llamando a la puerta, con el cantar de los mirlos. Y el "no hace falta que te vayas" como una declaración de intenciones.
La intención de seguir repitiendo.
"Y como si una luz de freno le iluminase la cara, dio una última calada y sonrió sin decir nada" (Piezas).
lunes, 19 de julio de 2021
Alas negras
Pasé demasiado tiempo pegado al suelo, calzando unos zapatos de plomo que me autoimpuse, y que con el tiempo interioricé como parte de mí. Del peso se me combó la sonrisa, del cansancio se me doblaron los párpados y salieron ojeras negruzcas, del dolor se me agrió el carácter, de las heridas brotó sangre, que ya no sangran y ahora ni tan siquiera duelen.
Pero...
Me han salido alas. Alas negras de plumas metálicas. Brillan al sol y cuando las bato, se tornan rusientes y cortan el aire. Y son esas alas las que me impulsan ahora, las que hacen que vea todo desde arriba y con perspectiva. Las que me han hecho inexpugnable. Las que cada noche me acunan y se convierten en una fortaleza impenetrable. Las que dolieron tanto al salir que creí partir mi espalda por la mitad.
Las que me han hecho libre.
"Este soy yo, terciopelo que araña tu piel, amargo a veces y otras soy la miel..." (Sôber)