- ¿Y ahora qué? -dijo con voz seria e inquietante-. No te voy a decir un "te lo dije" pero te lo dije. Te has creado tu propio infierno simplemente por no haber sido capaz de cambiar tu manera de actuar, o de ver venir la hostia (y que sepas, que se veía venir). Ahora, también te digo, que de esto habrá segunda ronda.
- ¿Cómo...?
- Que de esta mierda habrá segunda ronda. Es cuestión de tiempo. Me jode decírtelo porque me gustaría verlo venir descojonándome en el sofá, pero haz memoria. ¿Cuántas veces te pasó que volvieron a tocar en tu puerta?
- Visto así...
- Lo único que te pido es que no seas tan jodidamente huevón como para cagarla de nuevo.
- ¿A qué te refieres?
- Que no confíes tan rápido, y que pareces subnormal a veces. ¡Mírate los putos brazos!
- Y los hechos.
- Y las palabras, y por eso estamos teniendo esta conversación.
- Ya pero, ¿y si...?
- ¿ACDCD?
- ¿Y sí da la puta casualidad que me porto mal con la única persona que no se lo merece...?
- ¿Y es que no te vas a aburrir nunca de romperte por dentro? Pasarás de tener trocitos a tener polvo.
- Pero va en mi naturaleza.
- Y en la trasmutación del átomo. Pareces la fábula de la rana y el escorpión. Y siempre eres la rana.
- Vale, ¿cómo arreglamos esto...?
- Ahora mismo estás orbitando los círculos de Dante. Tienes un sentimiento de culpa enorme por no haberte dado cuenta de que esto iba a pasar. Normalmente nos pasa, a todos los seres humanos, somos capaces de perdonar a los demás antes que a nosotros mismos. Somos ídolos de oro con los pies de barro, que al más mínimo descuido se desmoronan. Si quieres que te sea sincero, y por mucho que me guste regodearme en tu dolor, no tienes la culpa. Has actuado en función de tus valores, de lo que creías justo, de lo que querías, aunque ahora estés así. Sólo tienes que tener en cuenta que ya no hay molinos, quijote. Bueno, eso y lo que te pasa siempre, crees que el término medio es para cobardes, y en cierto modo, lo es, pero también es la manera de no verse abocado a esta situación.
- ¿Soy valiente?
- O inconsciente, según lo quieras ver. Ahora tienes un peso en la espalda grande, el de la decepción, más contigo mismo que con ella, y tienes que saber ver esas situaciones y aprender de ellas. Ahora olvida rápido, ya sabes lo que dicen de los clavos, y quien dice clavos, dice polvos. Por cierto, no esperes nada, y prepárate para todo, esa es la clave para sobrevivir.
- Lo dices como si fuera una guerra.
- Y lo es. ¿No escuchaste esa frase de "nothing's fair in love and war"? Pues eso mismo. Ahora pasarás a ser un recuerdo, estarás en un segundo plano, en un rincón de su mente, pero amigo, no somos de quedarnos en un rincón, tarde o temprano ese recuerdo saldrá. Tan pronto como las cosas se tuerzan y no haya dios que las enderece. Lo sabes tú y lo sé yo. Y buscará en otros labios y otros cuerpos tu calor, y esa sensación de cariño, sin encontrarla. Se dará cuenta de lo perdido. Echará de menos las caricias por el brazo y los abrazos del post coito. La sensación de mirar a los ojos y ver un alma noble, una sonrisa pícara, un cuerpo y una mente, y te imaginará cada noche, abrazándose a la almohada, entre suspiros, añorará cada centímetro de tu piel, el modo en que follabais, tu lengua recorriendo los rincones más oscuros de su cuerpo, los orgasmos a la luz de las velas, las copas de vino o de cerveza. Se le escapará una lagrimilla al imaginarte con otra, por lo perdido, por lo vivido, por lo malquerido y lo despreciado. Dudará, si escribirte o no, porque sabe que es una puerta cerrada pero que en realidad está entornada....
- ¿Entornada?
- Sí, porque eres gilipollas, no me cortes que sigo. Está entornada pero debe ser chapada a cal y canto. Lo que no estoy tan seguro es que seas capaz de hacerlo, de ser bueno a ser tonto hay una delgada línea que traspasas cada dos por tres. En fin, como te comentaba. Serás un recuerdo enmarcado en oro, un atisbo cuando se tuerza todo y la realidad es que seguirás estando tumbado en la cama solo.
- Creo que he tenido suficiente por hoy -determiné-.
- Aún no hemos...
Y apagué la luz y desapareció del cristal de en frente mía.
"Cargando con la culpa de tener a la mejor de mis sonrisas afrontando la peor de las angustias..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario