martes, 17 de agosto de 2021

Entre tumbas (a goodman murder)

[Suena música de fondo Piezas - Sangre, sudor y páginas ] "... será que las desgracias nunca vienen solas y que por ello las balas acompañan a la pistola...". 

Últimamente he tenido conversaciones profundas con mis demonios. Me lo advirtieron, confiar en tu instinto, sólo en tu instinto. Me venían a repetir la misma historia de siempre, sobre las inmundicias del ser humano y su podredumbre, de lo absurdo del amor y los sentimientos, de la bondad como lacra mundial, y casi, con todos aquellos tópicos eran capaces de componer una sonata. Sonata que sonaba con violines y un piano, con voz dulce de terciopelo y que escondía los mayores infiernos tras de sí. 

Supongo que me aprendí la canción. Supongo que al final, por repetición, alguna de esas ideas se instauró en mi cerebro y germinó. Desde entonces, miro con desprecio a lo emocional, fruto de una transformación que se ha ido recrudeciendo con el tiempo. Es algo fácil de entender, y aún más de conseguir. 

Sólo tendrías que coger a un hombre bueno y de comportamiento noble. Una persona diferente a las demás, que en lugar de ser capaz de matar por algo, sea capaz de morir por ello. Miéntele. Juega con sus sentimientos. Traiciónale. Haz que se sienta estúpido. ¿Recuerdas aquella frase, la de "no te conviertas en aquello que te hicieron"? Ignórala. Entonces habrás sido capaz de acabar con lo más precioso de ese ser humano, su esperanza y su ilusión. 

Nunca juegues con el corazón de un hombre bueno...

 o se convertirá en uno malo.


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