martes, 24 de agosto de 2021

Lilith (Ángeles y Demonios III)

A duermevela. En ese punto en el que empiezas a escuchar todos los sonidos que te rodean distantes, oí su voz. Me llamaba por mi nombre, y no supe distinguir si era una ensoñación o realmente estaba ocurriendo. Me miró sonriendo, el cabello pelirrojo, una belleza extraña y adictiva que hacía que no pudiera dejar de mirarla. De risa dulce y cara angelical y una serpiente enrollada alrededor de su cuerpo. 

- ¡Qué divertidos sois los humanos!
- ¿Y tú quién eres? 
- Deberías saberlo pero tampoco importa mucho. ¿Te ha convencido Raziel de que el mundo es un lugar maravilloso y que tienes que ser bueno y honrado?
- Me ha convencido de que no puedo luchar contra mi naturaleza.
- Eso tendríamos que verlo. A los humanos es muy fácil tentaros. Sois tremendamente maleables, sólo tendría que poner un súcubo en medio y esperar para disfrutar. Vería cómo todos vuestros principios y valores saltan por los aires pero tranquilo, que no sólo los hombres, el género femenino es exactamente igual, sólo que vosotros tan estúpidos que lo acabáis contando. 
- Ya es la tercera visita, dime lo que me quieras decir y vete de una puta vez.
- ¡Eh! Relaja. Sólo estamos manteniendo una conversación entre personas. Bueno, entre un demonio y una persona. 
- ...
- ¿Qué pasa? ¿No te gusta la idea de la tentación? ¿De sucumbir a los encantos de otro ser o no, humano? Todos tenemos nuestras tentaciones, todos tenemos un precio, sólo hace falta saber cuál es. Además los humanos sois tremendamente extraños. Tenéis la costumbre de abrazar aquello que más duele. Cuanto más dañino sea algo, una persona, una droga, lo que sea, más os engancha y más difícil es que abráis los ojos.
- A veces las personas son peores que la droga. Más adictivas, al menos.
- Hay veces que matan más lento, es verdad, pero sigo sin entender cómo sois capaces de llegar amar algo que os envenena día a día, y de conformaros con lo que tenéis sin intentar aspirar a algo mejor. Es una variación extraña del masoquismo, os torturáis en vida sin saber que vuestras almas pueden acabar ahí abajo. Me dais pena en el fondo.
- ¿Y...?
- Que sois tan insignificantes... Débiles de espíritu, es tan sumamente fácil quebraos. Unas palabras, una mirada, una buena follada, y ya estaríais aullando a la luna y jurando amor eterno. Y cuanto peor se porte una persona con vosotros, más querríais permanecer a su lado. Sois unos yonkis del dolor aunque vosotros los llamáis amor, erróneamente, claro. 
- Un demonio hablando de sentimientos...
- Ex de Adán para más señas. Y ya sabes lo que significa ser un ex y lo porculero que pueden llegar a ser -dijo sonriendo-. Creo que somos el máximo exponente de esa adicción al dolor que tenéis, somos como las esquinitas de esas páginas de los libros que doblas antes de dormir, por mucho que intentes volver a estirarla, ya no se quedará igual.
- Pero no marcará el curso de tu vida ni la página que tienes que leer.
- No, pero estarás en ella un buen rato leyendo hasta que te des cuenta de que todo lo que hay escrito ya lo has leído y volver a leerte lo mismo es un coñazo, porque el final del libro sigue sin cambiar. Jajaja.
- ¿Y qué quieres un libro sin marcas? ¿Una persona sin pasado?
- ¿Por qué no...?
- Porque las páginas dobladas y las cicatrices del pasado te han convertido en la persona que eres ahora mismo.
- En el fondo te admiro. Eres un jodido romántico empedernido, y claro, así te va. No tienes remedio. Pero sigue siendo muy divertido ver cómo se te para el corazón cuando pasas la mano por encima de esas cicatrices -dijo relamiéndose. Es un dolor profundo y dulce, de sabor intenso. Como cuando te entran las dudas sobre la persona a la que teóricamente quieres, simplemente, sublime.
- Por suerte, llevas sin probarlo de mí un tiempo largo y más que pasará.
- Es cuestión de tiempo. Te acabarás tragando tu propio ego porque lo mejor que tenéis los humanos en la vida es lo etéreo de la misma. No sabes qué pasará dentro de cinco minutos y sin embargo os hacéis promesas de amor eterno. Disfruta el momento joder. ¿Qué hay de malo en acostarse con una? ¿Dos?¿Treinta?
- No hay ningún problema siempre que...
- Siempre que no te creas todas las mentiras que se dicen para follar y, sobre todo, después de follar. Y tío, se duerme mejor sólo, la educación es llevar el postre pelado a la cita, no invitar a dormir. No te confundas. Sois objetos, tú para ellas, y ellas para ti. Pero no hay nada de malo en ello. Son necesidades que tenéis que calmar, y además te he visto y... tienes morbo y una lengua muy bonita...

[Son las siete de la mañana, una hora menos en Canarias...]

Me levanté empapado en sudor. Incorporarme de la cama y pasarme las manos por la cara. Creo que debo dejar de tomarme el ZzzQuil y cambiarlo por dos chupitos de Jager o tres tercios de Alhambras verdes... 


"En tu oído hay mil historias, en mi lengua una guerra mundial, en tu cama mil memorias, en mi cuerpo nada es por azar, morderse el labio, dispararse a matar..." (Juancho Marqués).


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