martes, 19 de octubre de 2021

Suicidio

 Hoy me he levantado saltando dos veces sobre el pie izquierdo, después de haber dormido boca arriba. Desconozco si lo hice por el patente dolor de brazos o era mi subconsciente queriendo que, como decía Kutxi, pintara tus ojitos en el techo. El olor a café, a molienda previa a su extracción, me ha despejado, y mientras me fundía con el humo que salía de la taza, lo he visto totalmente claro.

Voy a hacer un butrón en tu vida y a entrar haciendo ruido. Disparando besos, lanzando granadas de poemas, plantando bombas de caricias, secuestrándote el corazón sin pedir rescate por él. Voy a cambiártelo, y en su lugar voy a depositar el mío. Sé que no te parecerá un gran cambio. Porque es pequeñito y negro, y está roído y lleno de cicatrices, pero increíblemente fuerte. Y lo mejor de todo, es que no tiene miedo ninguno al dolor ni a la muerte.

Por eso corre ahora sin frenos ni lastres, directo hacia el abismo, galopando la incertidumbre que dibujan cada una de tus curvas, hasta llegar a la más bonita, la de tu sonrisa, dispuesto a suicidarse en ella, sin preguntar si esto durará una noche o una vida.


"Sólo podrás de aspirar a todo cuando pierdas el miedo a quedarte sin nada" (Arri).


No hay comentarios:

Publicar un comentario