Algo se mueve bajo la piel, entre la carne y los huesos.
No sé muy bien que es. Es algo que despierta tu conciencia,
que te hace temblar, que te crea incertidumbre y cierto malestar. Es como una
premonición de que algo importante va a pasar pero sin contar con fundamento
alguno. Sin saber que es, sin tener una pista fiable o un indicio.
Es como tener una pesadilla a cámara lenta. Quizás sea algo
bueno. Recuerdo haber tenido esta sensación antes, en un entonces lejano y casi
mágico, cuando me sentía invulnerable y tenía las ilusiones intactas, cuando
vivía cada día como si fuera el último y no veía más allá de las siguientes
cuarenta y ocho horas.
Quizás sea el miedo que acompaña a la actriz antes de saltar
al escenario o artista los dos minutos antes de destapar su obra maestra: un
corazón reconstruido desde el polvo y los pedazos.
«La conciencia es el
recuerdo del error...»
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