jueves, 18 de febrero de 2016

Cobardía

Eludimos la perspectiva, imaginamos mundos paralelos, universos ficticios, futuros sin futuro, desayunamos miedo a cucharadas, pensando en qué cojones pasará en las siguientes 53 horas. Y el silencio responde: "Nada".

Sugestionados. Reactivos. Esperando algo que no sabes muy bien que es a lo que solemos poner un nombre extraño, "Felicidad". Algo que añoramos, que queremos, que anhelamos, algo por lo que venderíamos nuestras almas... Pero que no todo el mundo está dispuesto a conseguir.

Porque ser dueño de la felicidad exige eliminar la cobardía de tu vocabulario, dejar que tus acciones hablen más fuerte que tus palabras, luchar por lo que deseas, insistir, persistir y nunca desistir.
No importa cuánto hayas fallado, ni qué hayas hecho. Si realmente deseas algo no importará el miedo, ni la vergüenza, ni la distancia, ni el tiempo...

El tiempo, ese ogro que nos hace madurar, que nos arrodilla susurrándonos al oído todo lo que perdimos y que jamás recuperaremos. ¿Jamás? ¡Lucha por lo que deseas! ¡Nunca sabrás si era posible si no lo intentas!


... y siempre recordarás lo que perdiste, o lo que pudo ser, o te corroerán cada noche las dudas pensando: "¿Y si...?". 

No hay comentarios:

Publicar un comentario