El gran estallido que escuchaste anoche no fueron los platos
al caerse y romperse...
... fue el ruido de tu conciencia llamando a tu casa a las tantas de
la madrugada, despertándote y desvelándote la noche entera. ¡Qué puta es y qué razón tiene!
La libertad de decidir implica la obligación de afrontar las
consecuencias, por muy horribles que parezcan o por muy maravillosas que sean.
En la vida no puedes pedir tiempo muerto y replantear la estrategia. Vive,
piensa, decide, actúa y asume. Siempre en ese orden. No tengas miedo de acertar ni de equivocarte, todo es parte del proceso.
Pero si te confundes rectifica, o al menos inténtalo, ningún
problema se solucionó echándose las manos a la cabeza y llorando. No des nada
por perdido, demuestra que la voluntad es la mayor fuerza motriz del mundo.
Vive. Lucha. Ama. Grita. Salta. Lee. Y habla. Da dos pasos atrás para coger impulso...
Y atrévete. Los valientes del cementerio me lo susurraron al oído cuando fui a enterrar el corazón.
«Por mucho tiempo que
lleves caminando en la dirección incorrecta, nunca será demasiado tarde para
dar la vuelta».
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