jueves, 28 de abril de 2016

Demonios

La primera vez que la vi me llamaron la atención aquellos dos ojos avellana, color vulgar aclarado, de esos que tienes que mirar bien y fijarte para ver cómo son realmente, pero con unas machas verdáceas que los hacían interesantes.

Detrás de aquel destartalado tenderete, con el pañuelo en la cabeza y la camisa arremangada hasta el codo, con el mandil tosco, con la apariencia de espita por delante. Vendía peluches, de diferentes formas y tamaños, con diferente color, pero todos con la textura del terciopelo.

Algunos con formas diabólicas, casi todos, a decir verdad. Acaricié uno y pregunté el precio, y ella me dijo que si acepta comprar uno tendría que quedarme con el resto, porque lo que vendía en ese puesto no eran muñecos, sino su corazón.


"Elige a quien, después de mostrarle tus demonios, se quede sonriéndote y acariciándolos en lugar de salir corriendo sin mirar atrás..." 
(Arri).



2 comentarios:

  1. ¿Dónde estas? ¿Vendiste todos tus demonios? ¿se fue tu corazón con ellos y te quedaste vacío?
    Abandona realidad y vuelve a fantasia. O sigue en realidad, en esa tuya, poética y distinta...pero escribe por favor

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar