miércoles, 4 de mayo de 2016

A veces

En cada noche hay un punto intermedio, entre la vigilia y el sueño, que aprovecho para imaginarme un futuro menos incierto, quizás muy lejano, o quizás no tanto.

Imagino que corremos desnudos por la playa y otras veces nos bañamos en pelotas en las charcas de la sierra. Imagino el sabor de los besos, la mitad de ellos salados y la mitad de ellos dulces. Imagino tu cuerpo y el mío abrazarse excitado, y cómo tus pezones tiesos acarician mi pecho. Imagino mi mano agarrándote el cuello mientras te beso, y la otra acariciando tus nalgas por debajo del agua.

Imagino tu rostro. Y tus labios gruesos, y tu mirada profunda, y tu sonrisa perfecta. Imagino tu cara de ángel que esconde un demonio detrás. A veces eres rubia, y otras morena, las menos veces pelirroja. En ocasiones tienes pecas, y otras piercings que atraviesan tu nariz, o tus labios, o uno de tus pezones. Y te miro a los ojos, ojos del color del mar, o de la madera, del campo en primavera o de la oscuridad del invierno.

Y a veces, hasta tengo el valor de ponerte nombre, y salir a buscarte...


"Siempre me imaginé leyendo este tipo de cosas a una niña de veinte años a la que le cuesta dormir por las noches..." (Arri).


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