Hasta la orilla de tu mar han llegado
nadando varios bancos de mis horas muertas, y han quedado varadas a la altura
de tus caderas. Tú miraste desde arriba, te relamías los labios contemplando
cómo éstas se desangraban en minutos y segundos, juraría que hasta te excitaba.
Hasta la orilla de tu mar han
llegado volando cientos de besos con forma de gaviota, y se han quedado
flotando en las olas de tus labios. Tú te quedaste en silencio observándolos.
Han llegado hasta la orilla de tu
mar manadas de caricias que saltaban entre las aguas como delfines, haciendo
cabriolas y salvando a las miradas que naufragaban en la profundidad de tus
ojos.
"Y yo me quedé en la arena, observando inmensidad del mar..."
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