domingo, 24 de abril de 2016

Brindando

Lléname la copa y brindaremos por todos los malos momentos, y por los días de mierda que no acabaron con nosotros, y por las heridas abiertas que supuran, y por todas nuestras derrotas y fracasos.

Alza la copa, aún es temprano, bebe y vuélvemela a llenar.

Ahora brindo por la sonrisa que me pinto cada día, por intentar ser mejor persona, por tener principios, por no ser mejor que nadie, por ser sincero, por lo de siempre: luchar sin descanso, por las treguas de treinta segundos que da la vida, por las veces que llamo a Dios antes de correrme con cualquier desconocida, por las injusticias que me hacen apretar los puños.

Otra más.

Brindo por las sonrisas que me sacó, por los buenos momentos, por los apoyos en mis flaquezas, por la belleza de los recuerdos, por los polvos que no caerán en el olvido, por los besos que recargaban pilas, por el sexo impregnando cada uno de nuestros rincones, por los abrazos y caricias.

Rellena.

Por la resaca de los domingos y el olvido de los lunes.

Tira la copa hacia atrás.

Por las "buenas noches" que arreglan días y por los "buenos días" que pintan alegrías, y por las alegrías que dibujan las curvas más sensuales de tu cuerpo de mujer: tu sonrisa.



"Si me viste borracho no me lo tengas en cuenta, posiblemente sólo buscaba matar unos cuantos recuerdos" (Arri).

  

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