domingo, 5 de junio de 2016

Pasajeros

Algún verso olvidado de algún poeta olvidado me trajo desde el mismo confín del olvido un recuerdo verdadero y una sensación real y presente, mientras iba en metro.

Había recordado aquella extraña sensación, placentera, para qué engañarnos, de caminar juntos, a veces agarrados de la cintura, y otras con los dedos entrelazados. El sentir cómo el corazón bombeaba más fuerte cuando follábamos besándonos y mirándonos a los ojos, y cómo los flujos lo impregnaban todo, y aquél olor a sexo sucio y descarado al abrir la puerta de su habitación.

Ella no se dio cuenta, y me preguntó por qué andaba distraído.

- No es nada, quizás sea el metro, que me atonta.



"Y si la noche fuera nuestra..." (E. Villarreal).


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