Sálvame esta noche. Agarra mi mano con firmeza y tira fuerte
hacia arriba. No dejes que me ahoguen los pensamientos, ni que los recuerdos me
arrastren hasta las profundidades del querer. Abrázame fuerte. Amárrame a tus
caderas, amórrame a tus pechos, encadéname el cuello con tus manos, atrápame en
la oscuridad de tus ojos y despiértame con un beso.
Despiértame ahora, que he conseguido olvidar mis miedos y
fracasos. O déjame dormir si sigues estando a diez mil kilómetros... porque en
mi cuerpo siempre habrá un hueco para una cicatriz tan hermosa como tú.
"Si las entrañas hablaran jamás se convertirían en
corazón" (Arri).
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