Sereno, sentado, leyendo a Cernuda o escuchando a Sabina,
moviendo con desdén la sacarina del café y vertiendo, una vez más, unas gotas
al volcarlo en un vaso con hielo. A sabiendas que nadie sabrá el infierno que
llevo por dentro.
Interpreta mi silencio como la más amarga y sincera de mis
respuestas. No es tiempo, ni lugar, ni razón. Escucha cómo la madeja de mis
pensamientos se va desenrollando poco a poco y cómo desde la tumba los
sentimientos clavan sus uñas en el ataúd que los contiene. Y cómo se cosieron
los descosidos, y de los pedazos de algo que se rompió sale la hermosa música
del sonajero de un bebé.
El tiempo te desterró, como dijo Cernuda y como cantó
Sabina...
"D... h... e... o..."
"Una vida, una muerte, un te quiero, un corazón
titiritero..."
(Sharif - Dorian Gray)
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