lunes, 31 de diciembre de 2018

Rara Avis

La encontré leyendo una frase de De Saint-Exupéry que bien podría haber escrito ella: "Me pregunto si las estrellan brillan con el fin de que, cada uno, encuentre algún día la suya". Miraba pensativa una foto en blanco y negro de un niño jugando sobre la arena de la playa, quizás encontrando uno de sus diez mil porqués, o quizás absorta en sus pensamientos, con un brazo cruzado y el otro sosteniendo el mentón de manera pensativa.

No me di cuenta de que me miraba de reojo y estaba atenta a cada una de mis movimientos dentro de la galería. La miré, sonriendo, pensando en lo hermosa que estaba en ese momento, tan enigmática y sensual, reprimiendo mis deseos de ir por detrás a abrazarla.

Bajamos las escaleras, y caminamos de la mano por las calles atestadas, con la timidez de un beso en la mejilla y la complicidad de una mirada que hace que las mentes se conecten, y la seguridad de haber encontrado todo aquello que nunca pensé que existiera y jamás pensé hallar.


"Quisimos vivir lento pero el mundo es un trapecio" (Rapsusklei).

No hay comentarios:

Publicar un comentario