jueves, 27 de mayo de 2021

Estrella Polar

 Hay veces que es necesario perderse para volver a encontrarse. Caerse, para aprender a levantarse, sangrar despellejándose las manos o las rodillas. He buscado el norte, sin encontrarlo, ni con una aguja sobre una hoja en un charco. Sin brújula, sin estrella polar. Me busqué en la soledad más absoluta, en los posos del café, en un amanecer rusiente, en la luz de la luna rielando sobre todos y cada uno de mis pecados. En el reflejo del espejo, con mis ojeras y mis iris cansados. En las notas de una canción que me recordara a mi antiguo yo de hace años. En la espuma de la cerveza, en el rumor de los bares, en las piedras de hielo de la ginebra o en su amargor. Seguí buscándome. En una carretera aislada, en los pasos del corredor de fondo y hasta en la más absoluta oscuridad. 

Y sigo sin encontrarme. Y sigo sintiendo que me falta algo, como por dentro, como pedazos de alma descosida que el viento mece como la mojama. Y sigo intentando encontrar el modo de coserla, buscando en otros labios, en otras pieles, en otros cuerpos, en el sexo sin compromiso, en la saliva ajena, los pespuntes para que el viento no arranque los jirones que cuelgan del aljibe de mis sueños.


"...el amor no siempre gana y menos cuando es entre locos..." (Ambkor).


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