jueves, 1 de abril de 2021

Siete Quizases

 El viento trajo nubes negras hasta mis orillas, dejé de ver mi sombra en el suelo, miré hacia arriba e inspiré. El olor a tierra mojada, el frescor de la humedad con los veinte grados que hay fuera, marcharme lejos, casi en un viaje astral. Estoy sin estar, soy sin saber si soy o no, tengo una extraña sensación de estar dando tumbos por el mundo, de no haber encontrado mi espacio.

Hoy miraba por la terraza del séptimo piso del ático, veía aquellos montes y no los reconocía como míos. Desarraigado, apátrida, sin Dios, sin Rey ni bandera. Y pensaba, que quizás era más feliz cuando llamaba hogar a tus brazos, cuando la sensación de ser rico y afortunado era únicamente verte amanecer, cuando no había enfermedad que no curase un abrazo.

Un nudo en la garganta, un parpadeo y una mueca de dolor a la que acompaña un suspiro. Gesto duro, apretando labios y puños, cara de mala hostia y un puñetazo contra la pared. Al igual hubiese sido mejor golpearse el pecho como si quiera partirlo en dos. Supongo que será la ignorancia de no saber o la sapiencia de saberse ignorado, o desdibujado, o roto. Como un sonajero de sentimientos.

Quizás me equivoqué. Quizás me volví a equivocar. Quizás sobran quizases, o lanzas en el costado.  Quizás el silencio grite fuerte. Quizás me odie. Quizás me quieras. Quizás la nada o el todo.



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