"Me da vértigo el punto muerto, y la marcha atrás, vivir en los atascos, los frenos automáticos y el olor a gasoil.
Me angustia el cruce de miradas, la doble dirección de las palabras y el obsceno guiñar de los semáforos...".
El Ideario de Francisco Ortega Palomares empezaba así, disimulado en una canción de Extremoduro, el mío, dice que hay cosas que me dan miedo.
Me aterran las distancias y el deambular de los kilómetros agolpándose sin piedad en el borde de mis costillas, desgastando mis suelas y minando mi alma.
Me acojonan las sonrisas sin sentido que proclaman al viento que las cosas que no me cuentas yacen en otros oídos.
Me paralizan los besos no dados, las caricias guardadas para mejores momentos y los polvos no echados, y, me oprimen el pecho algunos pensamientos, fundados, de otras realidades.
Me acongojan las noches frías y largas, el sabor a invierno en la punta de la lengua, las ganas de salir corriendo repentinas, el empujar cuesta arriba constantemente y el llegar a cansarme.
Pero sin duda, lo que más miedo me da en la vida, es conocer al ser humano, sus mentiras y su falta de corazón, y saber, que, con el tiempo, acabaré siendo uno de ellos.
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