viernes, 8 de enero de 2021

Sinner

La habré cagado una y mil veces y jamás me arrepentiré, siempre que la mierda me haya salpicado únicamente a mí, pero si hay algo que sí me quita el sueño es saber que mis actos han hecho daño a alguien que aprecio. Esa sensación visceral que sube como una serpiente desde las entrañas por la boca y que te hace vomitar bilis que se transforma en dolor de cabeza y mareos, en escalofríos que te retuercen los intestinos y que te difuminan cuando te miras en el espejo. 

Convertirse en el ser más impertinente del mundo, elegir el peor día, el peor momento, el peor lugar, las peores palabras... y hacer daño a quien más quieres.

Intentar relativizar nunca tuvo mayor sinsentido, ni incapacidad propia, ni posibilidad de abstracción. El dolor ha tocado en la puerta y la he abierto de par en par, invitándole a pasar, y lo que es peor, dándole la dirección de mi otro corazón.


"Y rómpeme los ojos para verte, he madrugado sin olvidar quererte,
siempre improviso... cuando me llega la muerte" (La sombra del grajo - Para siempre todavía)


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