Convertirse en el ser más impertinente del mundo, elegir el peor día, el peor momento, el peor lugar, las peores palabras... y hacer daño a quien más quieres.
Intentar relativizar nunca tuvo mayor sinsentido, ni incapacidad propia, ni posibilidad de abstracción. El dolor ha tocado en la puerta y la he abierto de par en par, invitándole a pasar, y lo que es peor, dándole la dirección de mi otro corazón.
"Y rómpeme los ojos para verte, he madrugado sin olvidar quererte,
siempre improviso... cuando me llega la muerte" (La sombra del grajo - Para siempre todavía)
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