miércoles, 10 de enero de 2018

Ansiedad

La ansiedad oprime el pecho y me cuesta respirar, como una dominatrix con tacón de aguja en el esternón.

El demonio de dentro de mi cabeza no calla, me susurra al oído todo tipo de mierda. El angelito se fue o está fuera de cobertura. 

Me tiembla el pulso y aparece la jaqueca.
El peso de los actos pasados, los monstruos del armario y de debajo de la cama. Todos mis fantasmas han cogido cita previa y hora para venir a visitarme.

Intento abstraerme. Pensar en la nada. En la oscuridad más perpetua o en la luz más cegadora. Los pensamientos se arremolinan, se hacen un ovillo junto con los sueños, y devanan mi cabeza.

Tengo cáncer en el alma, una metástasis llamada miedo. El cuerpo lucha, pero no es suficiente. Te necesito a ti. 

Protectora, antídoto y cura, remanso de paz, balsa de aceite, santuario, confesora, amante silenciosa... Sanadora de espíritus. Luz en noches oscuras, cayado que guía y defiende al rebaño.

Virgen María.

Ahora sí tengo miedo.

"Soy la fe del ateo justo antes de morir" (Arri).



No hay comentarios:

Publicar un comentario