Han intentado doblegar mi voluntad.
Me han maltratado y sigo vivo.
Encontré a mi suerte en un party gang bang rodeada de mis
peores enemigos.
Cercenaron mis alas a golpe de martillo.
Quisieron que me rindiera.
Me hicieron llorar.
Y sangrar.
Y hasta mi obligaron a arrodillarme.
Pero…
Me cansé de poner la otra mejilla. Desaté la violencia
del huracán. Golpeé con los nudillos y partí dientes, con los codos, las
sienes. Mordí y desgarré su carne. Aplasté su cabeza y oprimí sus ojos hasta
que explotaron.
Y no quedó ni uno vivo. Todos murieron. Todos mis demonios.
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