domingo, 28 de agosto de 2016

Vergel

He llegado al jardín de mis recuerdos y he cortado veinte flores de colores, entre el gris y el negro, y he comenzado a deshojarlas pensando en ti.

Por cada pétalo ha brotado una imagen y dos lágrimas, por cada tallo un clavo de mi ataúd, por cada espina dos maderas de pino, curvadas, impregnadas de muerte. Del cáliz salieron tres tábanos que taladraron mi piel e hicieron que saliera una sangre negra y contaminada.

Después llegó mi hada, y le dio color al panorama, me abrazó y me besó, y mientras ponía su mano en mi entrepierna, me susurró al oído:


"No puedes vivir agarrado a un recuerdo o morirás atrapado dentro de él".


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